Alucinante animación del 2012 de Mamoru Hosoda, este sí candidato al Oscar por Mirai, mi hermana pequeña. Arrasó en festivales por el mundo, incluyendo el de Sitges, del que salió con el premio a mejor película de Anima’t. Elegante en su ejecución visual y con un sólido armazón dramático, explica la historia de una madre soltera que debe criar a sus dos hijos, que se llevan fatal… y encima son mitad lobo. Como en toda buena muestra de cultura nipona, el respeto por los mayores y la naturaleza está muy presente. Una lección de arte y de vida.