Una de las consecuencias positivas del cambio --en curso e iniciado hace relativamente poco-- en la manera de hacer y ver cine es la aparición de iniciativas para dar visibilidad a una serie de películas que, pese a su calidad y por razones coyunturales (la crisis general y del sector), lo tienen complicado para llegar a salas comerciales. Entre ellas se encuentran los portales de exhibición de películas en internet (como Filmin y Filmotech) y los festivales on line, terreno donde queda mucho por hacer y destaca el Atlántida Film Fest, que inicia hoy una tercera edición que durará hasta el 22 de abril.

Iniciativa de Filmin, brinda al espectador la oportunidad de disfrutar desde el sofá de 37 largos inéditos en España por un precio más que razonable (20 euros todo el festival). Estructurada en dos bloques, un apartado oficial formado por películas hispanoamericanas (con la desorientación de los veinteañeros y treintañeros como nexo) y la sección paralela Atlas, abierta a filmes de otras nacionalidades (muchos avalados por premios), la programación del Atlántida Film Fest no tiene nada que envidiar a la de un festival tradicional ambicioso.

Dirigida por el mexicano Carlos Reygadas, uno de los cineastas más personales en activo, la extraña ensoñación Post tenebras lux da el pistoletazo de salida a una edición que se distingue por su calidad, su variedad y su apertura a películas que prueban cosas nuevas, cuyos autores tantean vías distintas (entre ellas Berberian Sound Studio y Wrong , de ramalazo fantástico). Una parte de la programación viene firmada por directores consolidados, entre ellos Michel Gondry (The we and the I ), Sarah Polley (Stories we tell ) y Abbas Kiarostami (Like someone in love ). La otra revela el talento de los nuevos directores más interesantes.