Poetas de varias generaciones y tendencias estéticas asistieron ayer al ingreso en la Real Academia Española de Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932), que dedicó su discurso a Luis Cernuda, uno de los poetas que más admira y que mayor magisterio ha ejercido en su obra y en la de muchos otro .

Tomás Segovia, Antonio Colinas, Guillermo Carnero, Carlos Marzal, Luis Antonio de Villena, Lorenzo Oliván, Genaro Talens, Juan Van Halen y Pere Rovira son algunos de los poetas que escucharon el discurso de Brines, titulado Unidad y cercanía personal en la poesía de Luis Cernuda .

Minutos después de las siete, Brines, elegantemente vestido con el frac que requería la ocasión, hizo su entrada en el salón de actos de la Academia, flanqueado por Alvaro Pombo y Antonio Fernández de Alba, los dos académicos que hace menos tiempo que ingresaron.

Seguido con atención por más de 500 personas, fue desgranando, con voz pausada y sin nervios aparentes, las características de la obra de Cernuda. "Con la lectura de Cernuda tuve la impresión de que allí tocaba al hombre que me hablaba con una cercanía mayor que a las personas que conocía en cuerpo y alma", leía Brines a escasos metros de quienes le acompañarán en su nuevo cometido.

Un fuerte aplauso cerró la lectura del discurso y dio paso a la contestación de Francisco Nieva, también admirador de Cernuda, y gran amigo de Brines, al que definió como "el poeta metafísico por excelencia".