El productor extremeño José María Fernández de Vega, uno de los baluartes de la película Buñuel en el laberinto de las tortugas, afirmó ayer que la nominación a cuatro Premios Goya «son un gran hito para su productora, para el cine extremeño y el de animación, así como para la región».

«Aúna cultura e industria bajo una misma producción y, al mismo tiempo, se convierte en un estandarte para toda Extremadura», añadió Fernández de la Vega tras conocer las nominaciones de la cinta a Mejor Dirección Novel (Salvador Simó), Guion Adaptado (Eligio Montero y Salvador Simó), Música Original (Arturo Cardelús) y Película de Animación, categoría por la que ya se ganó un Goya en 1998 con Qué vecinos tan animales, producida por Extra Extremadura Audiovisuales SA.

Buñuel en el laberinto de las tortugas ha sido realizada íntegramente en los estudios de The Glow, en Almendralejo, está basada en el cómic del ilustrador cacereño Fermín Solís, y es una coproducción de tres productoras españolas, Sygnatia, The Glow y Hampa Studio y la holandesa Submarine. Además parte de los actores que han puesto la voz a los personajes también son extremeños.

Tras conocerse las nominaciones, la Junta de Extremadura expresó su satisfacción y recuerda que The Glow fue destinataria de las ayudas ala producción de largometrajes en el año 2016, informa Efe.

El filme, que explora la evolución de un joven Buñuel desde sus trabajos surrealistas al docuental Las Hurdes, tierra sin pan (1933), vivió ayer otro día grande porque también se supo que opta a los Premios Annie, conocidos como los Oscar de la animación al galardón a la mejor película independiente, enfrentándose a I Lost My Body, Okko’s Inn, Promare y Weathering With You. El ganador se conocerá el 25 de enero en una gala en el Royce Hall de la Universidad de California Los Ángeles.

MÁS GOYA PARA LA REGIÓN / Además de la película sobre Buñuel, la productora Making Doc, que ya logró el Goya al mejor cortometraje documental en 2015 por Walls, ha obtenido la nominación al mejor cortometraje documental por Nuestra vida como niños refugiados en Europa, de Silvia Venegas (Santa Marta 1982), que podrá verse en la Filmoteca de Extremadura el 4 y 5 de diciembre en Badajoz y Cáceres, respectivamente. El otro corto extremeño aspirante Donde nos lleve el viento se ha quedado fuera, al igual que la candidatura del compositor almendralejense Álvaro Rodríguez, que aspiraba a ser nominado por la banda sonora de No te supe perder.

Venegas centra su mirada en los menores refugiados que han llegado a los países europeos en la «mayor crisis de refugiados» que ha vivido Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

EL GRAN DUELO / Al margen de los extremeños, los grandes nombres consagrados y las producciones de peso industrial vuelven a acaparar la atención en esta última temporada de premios si hacemos caso a las nominaciones a los Goya, que se anunciaron ayer en Madrid. La producción histórica Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar lidera el cómputo de candidaturas con 17. Le sigue Dolor y gloria, el exorcismo personal de Pedro Almodóvar con 16 y, con 15 La trinchera infinita, de Aitor Arregui, Jon Garaño y José Mari Goenaga, que aborda también la guerra civil desde una perspectiva más íntima.

El duelo entre Almodóvar y Amenábar parecía claro desde el principio. Sin embargo, mientras que Dolor y gloria se confirma como una de las grandes películas a nivel internacional con una visibilidad casi asegurada en los próximos Oscar, la cinta de Amenábar no ha recibido buenas críticas y, aunque ha gozado de éxito en taquilla, se sitúa como un ejemplo de cine histórico clásico, por no decir añejo y anquilosado. Las castas dentro del cine español siguen existiendo y esta lluvia de nominaciones a Mientras dure la guerra incluso en categorías inverosímiles (actores de reparto y revelación que salen en apenas dos escenas) deja un sabor de boca una tanto agridulce, así como la presencia de la tosca adaptación de la novela del extremeño Jesús Carrasco Intemperie, que ha hecho Benito Zambrano y que cuenta con cinco nominaciones, entre ellas la de mejor película.

Si el año pasado parecía abrirse una ventana de esperanza a la hora de valorar el cine de autor que se alejaba de las normas y los convencionalismos para reivindicar la diversidad, las nuevas formas expresivas, el talento femenino y el cine de los márgenes, en esta edición parece claro que las representantes de ese otro cine español están invitadas a la fiesta, sí, pero como las hermanas pobres que saben que su presencia será meramente testimonial.

La cuota de ese cine pequeño, raro, humilde, pero lleno de ideas, talento y verdadera dimensión cinematográfica la ha cubierto este año Lo que arde, de Oliver Laxe, que ha conseguido cuatro nominaciones. Su ausencia hubiera sido simplemente escandalosa, pero todos sabemos que poco rascará, como ocurrió el año pasado con Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta.

El veredicto de los académicos se conocerá el 25 de enero del 2020 en Málaga.