Los tiempos, ya se sabe, han cambiado. La última vez que los guionistas paralizaron con una huelga la industria del entretenimiento estadounidense, en 1988, hicieron falta 22 semanas para alcanzar un acuerdo. Esta vez, y aunque el final del paro aún no se vislumbra, 22 días han sido suficientes para que guionistas y productores vuelvan a la mesa de negociaciones. Lo hicieron ayer en Los Angeles, rodeados por un secretismo casi absoluto, y en circunstancias muy marcadas por los tiempos que corren.

Gracias en gran parte a internet --cuyos beneficios de explotación están en la raíz del desencuentro--, los guionistas están ganando la trascendental batalla de la imagen en EEUU. Si los grandes estudios de cine y televisión han puesto en funcionamiento toda su maquinaria corporativa y profesional de relaciones públicas, los escritores han apostado por tácticas casi de guerrilla y, además de conseguir mucha visibilidad con sus piquetes --a menudo aderezados con visitas de famosos mostrándoles apoyo-- han conseguido "vender" su lucha a través de blogs y vídeos que triunfan en YouTube.

Según una encuesta de la universidad Pepperdine, la estrategia está funcionando: el 63% de los sondeados dijo creer que son los escritores quienes más razón tienen en sus reclamaciones. Esa ventaja no es, ni mucho menos, una victoria. Los despidos, las críticas de otros gremios afectados hacen que los escritores lleguen con presiones a la mesa de negociaciones.

Estas se celebran en un hotel de Los Angeles que no se ha dado a conocer, ya que las dos partes quieren evitar la publicidad que tuvo la última ronda de conversaciones.