No sabemos si por causa del confinamiento, la crisis económica que amenaza las pocas seguridades que tenemos, o porque, simplemente, ya nos hemos cansado de descifrar decisiones contradictorias…, pero es un hecho que la sociedad busca evadirse. Y lo vemos, no solo en el récord histórico de consumo televisivo que se produjo en marzo con programas de entretenimiento pulverizando datos, o en las plataformas de contenido on line con historias despreocupadas como las más vistas; sino en la propia literatura, con ventas en aumento de novelas románticas, historias livianas de tramas enrevesadas de amoríos, traiciones y celos con los que eludir las preocupaciones y las ocupaciones de esta nueva normalidad. La obra Olivia y los hombres encaja perfectamente en todo lo que les cuento. Historia de chica descreída en el amor que durante la boda de su hermana, precisamente, lo encuentra. Bien escrita y descrita, Óscar R. Campos (Madrid, 1978) presenta una novela «refrescantes, ligera y llena de humor…, y una pizca de amor», autoeditada y de venta en Amazon. El que fuera autor de El amor puede esperar vuelve a tocarnos el corazón y el humor. Y no sabe, en estos tiempos que corren, cuánto se lo agradecemos. Relájense y disfruten. Pasen y lean.

--’Olivia y los hombres’ más que una novela parece un guion para cualquier plataforma ‘on line’, ¿qué cree que pensaría su personaje? Puedo imaginar perfectamente a Sarah Jessica Parker protagonizándola...

--(Se ríe) Olivia estaría encantada de protagonizar su propia serie de televisión, pero yo soy más realista y sé que eso es muy difícil. Respecto a las novelas románticas, vuelven a estar de moda por varios motivos. Las historias de amor, las comedias románticas en mi caso, gustan y tienen éxito porque son historias fáciles de leer y con un contenido vitalista y alegre en su mayoría, algo que ayuda en momentos como el que estamos viviendo, con tanta incertidumbre. Creo que una bonita historia de amor puede ser un alivio enorme. Si, además, tiene una considerable dosis de humor, como Olivia y los hombres, mucho mejor.

--¿Cuántas ‘Olivias’ se ha encontrado en el camino para poder describir de una forma tan carnal una actitud tan emocional?

--Más de una. He conocido a muchas mujeres independientes, fuertes, con inteligencia y carácter que en realidad quieren lo mismo que cualquier ser humano: amar y ser amadas. El amor es un sentimiento primario y, lo aceptemos o no, nos obliga a ser mejores personas. Encontrarlo no es fácil, pero es una emoción universal que, por supuesto, también compartimos los hombres.

--¿Se siente cómodo usando este lenguaje tan femenino? Cuesta creer que sea un hombre el que esté detrás de esta historia.

--En términos literarios, soy un mujeriego. Me gustan los personajes femeninos con carácter y emociones contradictorias. Además, lo que sentimos hombres y mujeres suele ser muy parecido, por eso me resulta sencillo meterme en la piel de una mujer y describir sus emociones. Las mujeres sois mucho más interesantes que los hombres. Al menos para mí. Os escucho con más atención y he aprendido mucho hablando con vosotras. Eso ayuda a la hora de escribir sobre mujeres y para mujeres.

--¿Por qué se ha decantado en su faceta de escritor por este tipo de novela romántica y, quizás, de consumo rápido?, ¿alguna cuenta pendiente personal?

--Hace tiempo escribí un relato muy ligero, que luego sería el inicio de mi primera novela, y descubrí que me sentía muy cómodo en este género, en esa mezcla de humor y amor. Algún día me moveré a otros géneros, pero con este disfruto mucho. No hay cuentas personales pendientes pero, si existiera alguna, sería un intento de hacer que los hombres se atrevan con este tipo de literatura, convencerlos de que leer una novela como la mía no les convertirá en seres débiles.

--«Una vez leí que el amor no es encontrar a la persona perfecta, sino ver de manera perfecta a la persona que no lo es, esa con la que la vida ha decidido obsequiarte. O dicho de otro modo: creer, confiar en que es lo correcto y dejarse llevar por la oleada inevitable del destino». Sea sincero. ¿Es tan romántico en su vida personal?

--Lo intento. Hace años era muy frío, ahora he mejorado mucho en ese aspecto porque me he dado cuenta de que dejar ver mis emociones es algo positivo, aunque en ocasiones me haga sentir vulnerable.

--¿Cuánto ha influido en esta obra las figuras femeninas de su familia, de su vida?

--En mi primera novela me inspiré en mujeres que conocía bien: amigas, exparejas… Con ellas creé mis personajes. En Oliva y los hombres he usado más la imaginación, he intentado escribir una auténtica novela en el sentido de que todo, la trama y los personajes, es pura ficción, aunque pretendo que mis personajes sean naturales y resulten familiares a los lectores y que al leer Olivia y los hombres te haga recordar a una amiga o a una compañera de trabajo que se parece a ella, o a otro personaje.

--Maribel es la álter ego de los miedos de Olivia, ¿cómo se llama el de los escritores que se lanzan al mercado de la autoedición?

--Yo le cambio el nombre cada día: valor, coraje, confianza, pánico, lucha… Elige el que más te guste. La autoedición es algo que requiere mucha pasión y compromiso diario y, aunque sea duro, a veces es muy satisfactorio.

--¿Qué diferencias encuentra usted entre su primera y ésta, su segunda novela?

--En esta soy un escritor más maduro. Escribo con más calma, disfruto más y eso se nota. En la primera me pudo la prisa por publicar y cometí errores de novato. Además terminé de escribir Olivia y los hombres en un momento personal muy difícil. Quizá eso me obligó a hacerlo mejor. Olivia... es mucho más divertida y romántica que la primera.

--¿Qué ha aprendido como hombre mientras escribía esta novela?, ¿ha necesitado de historias, otras fuentes que no fueran las suyas propias si así ha sido?

--Para esta novela no he tirado de anécdotas o fuentes conocidas, todo es idea mía, para bien o para mal. Como hombre he aprendido que puedo poner mucho de mí en lo que escribo. No dejo de ser un hombre que escribe sobre mujeres y eso me obliga a mostrar mi punto de vista masculino sobre las relaciones y el amor, y a explorar muchas emociones íntimas. Algunas de esas emociones las he descubierto mientras escribía.

--Y después de Olivia, ¿qué?

--Seguiré escribiendo comedia romántica. Me gusta, tengo varias ideas interesantes. Entre ellas, una segunda parte de Olivia y los hombres. También una recopilación de relatos eróticos y un proyecto de guion para televisión, pero eso irá más despacio.