Después de vivir en varios países la mayor parte de su vida, el pintor Alonso Alonso, de 74 años, ha regresado a Extremadura y ayer inauguró en el Colegio de Arquitectos de Cáceres su primera exposición cacereña, Figura y abstracción , que reúne obras de los últimos dos años.

En pocos trazos, el pintor dibuja su vida errante en Holanda, donde fue canciller en el consulado español (1963) y donde comenzó a pintar; en Tenerife, Estados Unidos, Brasil y Suiza último destino antes de su vuelta a Plasencia, donde nació en 1930.

Como tenía que vivir, explica, una vez que empezó a pintar, abrazó el impresionismo y empezó a vender cuadros. "El impresionismo es el equilibrio entre los excesos de la pintura", dice. "Y además era vendible". Pero continuó pintando sus obras abstractas en las que encontró el dominio para colocar los fondos de sus cuadros figurativos.

"Mi pintura figurativa la he ido vendiendo, con mucha aceptación, en la galería Ansorena".

En su etapa última, su creación ha desembocado en "una pintura muy esencial". Ha expuesto en Mérida y espera hacerlo en Plasencia, donde vive. Desde allí sigue viajando. "Es la única forma de no jubilarme".