La actitud de la Federación Lituana, que, primero, obligó a cambiar el horario de la sesión preparatoria de la selección y, luego, pretendió que el equipo de Luis Aragonés se entrenase en un campo de juego que no reunía las condiciones mínimas exigibles, provocó ayer el enojo del técnico y malestar en toda la expedición española.

Los directivos de la Federación Española prefieren hablar de "imprevisión" antes que de mala fe o encerrona, pero tanto Luis como sus ayudantes el malestar fue evidente, porque consideran que se ha obstaculizado demasiado la preparación del conjunto español en llegada a Lituania.

Todo salió mal desde la llegada a Vilna. Primero, los jugadores debieron aguardar más de una hora para poder recoger su equipaje, luego almorzaron sobre la marcha, porque hubo que adelantar el entrenamiento hora y media, por la falta de luz del terreno de juego de la práctica. Y, por último, ni siquiera se bajaron del autocar, al comprobar el mal estado del campo de la Ciudad Deportiva del Zalguiris.

La Federación Lituana, entonces, ofreció un campo de hierba artificial que sí tenía iluminación, pero el seleccionador tampoco lo consideró oportuno, por lo que el preparador físico, Jesús Paredes, dirigió, durante 20 minutos, una sesión de estiramientos en las instalaciones del hotel donde está concentrado el equipo y 5 ó 6 jugadores la completaron en el gimnasio. Puede haber protesta ante la FIFA.