56 - ALTER ENERSUN AL-QÁZERES: Irene Lahuerta (7), Alexis Jones (4), Eleanna Christinaki (17), Vicky Llorente (10), Alexa Hart (11) -cinco inicial- Fiona O’Dwyer (7).

59 - MOVISTAR ESTUDIANTES: Gracia Alonso (12), Sofia Carolina da Silva (4), Atonye Nyingifa (13), Melisa Gretter (10), Arica Carter (6) -cinco inicial- María Espín (9), Carmen Grande (2), Agostina Burani (3).

Marcador por cuartos: 18-15, 32-31 (descanso), 41-46 y 56-59.

Árbitros: Parga, Terreros y Ortiz. Sin eliminadas.

Incidencias: Partido aplazado de la Liga Femenina Endesa disputado en el Multiusos Ciudad de Cáceres sin público. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de la excanterana del Al-Qázeres Hannah Tjernagel.

Qué lástima. El Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura tuvo una gran ocasión de impulsar sus opciones de permanencia si hubiese vencido al Movistar Estudiantes, pero terminó cediendo por 56-59. La encomiable lucha que mostraron las jugadoras locales, que solo pudieron alinear a seis profesionales, se contrapuso a un final pésimamente gestionado. El susto se lo lleva en el cuerpo el quinto clasificado de la Liga Femenina Endesa y también una victoria que hubiera hecho ver la situación en las últimas cuatro jornadas de una forma diferente. El oxígeno se va terminando en el Multiusos. Hay que ganar un mínimo de dos encuentros y esperar un fallo en cadena de Bembibre o Campus Promete.

A la vista de la clasificación, el de este miércoles era un partido en teoría vedado para el éxito, con el agravante de que al Al-Qázeres le faltaban Anna Pachurina y Petra Zaplatova, dos fichajes efectuados después de la fecha en la que este partido se aplazó. Las en teoría desequilibradas fuerzas quedaron algo igualadas con las bajas estudiantiles. Jana Raman y Leslie Knight son dos piezas importantes y más aún lo fue el hecho de que el anfitrión saliese a merendarse el parquet. Lo de la actitud siempre es algo muy subjetivo, pero desde el principio se transmitió algo distinto que en el decisivo choque del pasado domingo en Bembibre.

El Estudiantes no estaba cómodo sobre la pista, sobre todo en ataque. La intensa defensa local permitía pequeñas ventajas que se tradujeron en el 18-15 del final del primer cuarto.

El partido iba a tirones porque las malas rachas de unas y otras se sucedían (20-15, min. 12; 20-21, min. 14; 25-21, min. 16; 25-26, min. 17). En el Al-Qázeres resultaba llamativo el buen rendimiento de dos teóricas secundarias como Alexa Hart y Fiona O’Dwyer, a lo que se unía el juego siempre entusiasta de Irene Lahuerta y Vicky Llorente. Las ‘cañoneras’, Alexis Jones y Eleanna Christinaki, acertaban poco. La norteamericana no despertaría de su letargo en toda la noche. Una decepción bastante grande lo suyo, aunque parece que todo es un tema de que tiene las rodillas hechas cisco. Una canasta postrera de Llorente cerró el primer tiempo con ventaja cacereña (32-31).

Torpes al final

Las madrileñas intentaron coger las riendas y hacer bueno el pronóstico tras el paso por los vestuarios y parecieron poder escaparse un par de veces. Sin embargo, su oponente se lo impedía a base de coraje y, esta vez sí, los puntos de Christinaki. A falta de un cuarto todo estaba por decidirse (41-46).

El cansancio de la escasa rotación del Al-Qázeres --esta vez no hubo ‘brindis al sol’ con las canteranas como en Girona-- estuvo en un tris de permitir la escapada que perseguía el Estudiantes para no tener un ‘cara o cruz’ (43-50, min. 32). Y vuelta a lo mismo: a falta de cinco minutos, empate (50-50).

Jacinto Carbajal, entrenador del Al-Qázeres, tras el encuentro (Foto: José Pedro Jiménez).

No le faltó fortuna al conjunto visitante en la recta final, pero también ayudó cierta precipitación cacereña y malas decisiones en la recta final. Por ejemplo, no completar más rápidamente el cupo de faltas para provocar los tiros libres del Estudiantes y, sin apenas margen de segundos, buscar una canasta de dos puntos en vez de un triple con tres puntos de desventaja. Para mayor castigo, sentenció Arica Carter, ahora brillante en el Estudiantes cuando protagonizó una pasada campaña deplorable en Cáceres. En fin, un despropósito que, junto al resultado, afea una jornada aplazada que deja, pese a todo, un mensajes positivo: este equipo no está muerto todavía.