Hay que ver cómo cambian las cosas en el deporte en solo dos semanas. Y no solo por los resultados. Si tras vencer al Bembibre el Nissan Al-Qázeres Extremadura parecía un equipo sólido, comprometido y agresivo, dos derrotas consecutivas ofreciendo mala imagen, la de anoche ante el Valencia Basket (40-57), siembran dudas. No es tanto perder, que es normal ante dos rivales superiores en todo, sino cómo se ha hecho.

El sábado pasado no hubo opción ante el Cadí La Seu desde el primer minuto (91-50) y frente a las valencianas ocurrió tres cuartos de lo mismo, aunque el marcador final resultase bastante menos indecente. El espíritu de solidaridad y frescura que comandaba antes los partidos del conjunto de Ricardo Vasconcelos, ganase o perdiese, ha desaparecido por ahora. Y eso hay que mirárselo ya mismo, aunque las tres victorias logradas hasta ahora son un maravilloso colchón. Especialmente se necesita a Jennie Simms, la gran estrella que se quedó en solo 3 puntos (un 1 de 13 en tiros de campo digno de Halloween).

Parece que el equipo salió todavía con La Seu en la cabeza. Vale que el Valencia es seguramente el ‘tercero de la fila’ en el basket femenino español y que tiene varias jugadorazas dentro de una plantilla larguísima, pero no es ni medio normal jugar tan pésimamente como lo hicieron las extremeñas durante los primeros 20 minutos, tanto en defensa como en ataque.

Fue la tormenta perfecta. Una tormenta de esas que arrasan a su paso todo lo que está todavía en pie porque realmente no funcionó nada: lamentables despistes defensivos que culminaban en canastas fáciles de las valencianas y una sucesión de fallos en ataque como muy pocas veces se ha visto en el equipo a lo largo de su historia en la élite.

Las visitantes encadenaban un parcial tras otro sin respuesta enfrente más que el caos más absoluto. Hacer la guerra cada una por su cuenta no suele funcionar a no ser que tengas enfrente a un equipo con grietas. Y Valencia, despiadado cuando vio el desastre que tenía enfrente, tiene pocas. Especialmente brutales María Pina y Tamara Abalde.

Con un raquítico 7-15 al final del primer cuarto, lo peor estaba todavía por llegar. El hueco se amplió a un 7-21 (min. 12), pero entonces Arica Carter encadenó dos triples consecutivos que parecieron insuflar vida (13-21). Faltaban 5:50 para el final del segundo cuarto... y el Al-Qázeres no volvió a anotar. Parcial de 0-11 y depresión absoluta al descanso (13-32). Tremendo comprobar que en ese momento las locales contabilizaban solo 5 canastas de 30 intentos, un 16,6%.

SEGUNDA PARTE / Hubo mayor de dignidad tras el paso por los vestuarios, pero la muestra de que nada había ido bien hasta entonces que Simms no anotó su primer punto hasta el minuto 24. Al menos se consiguió que la diferencia menguase un poco con un cuarto en el que las extremeñas anotaron más que en los dos anteriores juntos (29-43, min. 30).

La batalla en el último se centró en saber si el marcador final podía aguantar una capa más de maquillaje y se logró parcialmente. 17 puntos de desventaja no está tan mal visto lo visto y además una canasta de Laura Ferreira en el minuto final permitió llegar a los 40 puntos y evitar la anotación más baja de la historia del club (70-39 en la temporada 2017-18 en la pista del Cadí La Seu). Hasta en días así hay motivos para consolarse.

AL-QÁZERES 40 - 57 VALENCIA BASKET

Marcador por cuartos: 7-15, 13-32 (descanso), 29-43 y 40-57 (final).

Árbitros: Munar, Zamora y Martínez. Sin eliminadas.

Pabellón: Ciudad de Cáceres.

Espectadores: 400.

Nissan Al-Qázeres Extremadura: Bozica Mujovic (7), Arica Carter (10), Jennie Simms (3), Miriam Forasté (2), Paula Ginzo (10) -cinco inicial- Dragana Dumozin (4), Khadiadiatou Diouf (1), Laura Ferreira (3), Julia Melina (0), Silvia Romero (0).

Valencia Basket: Leticia Romero (6), Queralt Casas (11), María Pina (18), Meiya Tirera (2), Tamara Abalde (7) -cinco inicial- Joy Brown (0), Anna Gómez (2), Julia Reisingerova (6), Jana Raman (2), Marina Lizarazu (1), Irene Gari (2), Rebeca Cotano (0).