Eau Rouge es una de las curvas más míticas del automovilismo. Es un reto en la fórmula 1 y en cualquier disciplina. La larguísima recta en subida del Radillon y Kemel que le sigue obliga a buscar la máxima velocidad de peso en ese baja y sube de izquierda a derecha que compone el icónico viraje del Circuito de Spa. Pietro Fittipaldi lo intentó y acabó con sus piernas fracturadas en el hospital. El accidente del nieto del campeonísimo brasileño chafó el intento de pole de Fernando Alonso después de haber marcado el segundo tiempo del día en su primera vuelta. Da igual. Esto es el WEC, el Mundial de Resistencia. Importa poco dónde sales ante una carrera de Seis Horas como esta. Pero sí, Alonso ha vuelto a la primera línea de una parrilla.

«Era solo la primera vuelta y podía haber sacado algo más de tiempo en la curva ocho y nueve, pero estoy contento. Los Toyota copan la primera línea y queremos seguir ahí, después de seis largas horas», explicó el asturiano que tras el accidente de Fittipaldi no pudo mejorar su rendimiento. Como sucedió en las 500 Millas de Indianapolis, la presencia de Alonso ha levantado la expectación.