El Cáceres 2016 ha iniciado su labor de reconquista del público cacereño. Y lo hace de la mejor manera posible: ilusionando en las canchas de baloncesto y participando en actos que le acerquen a la realidad cotidiana. El de ayer fue un acto de pura filantropía. Tuvo lugar en el Centro Comercial Ruta de la Plata y consistió en el sorteo de un balón cedido por la Federación Española de Baloncesto y firmado por la selección, campeona del Mundo en Japón y que pelea, estos días en Madrid, por alzarse con el título al mejor equipo de Europa.

Los ingresos obtenidos con las papeletas que se han venido vendiendo los últimos días en el Ruta de la Plata irán a parar en su totalidad a la Asociación Española Contra el Cáncer y ese altruista motivo contó con la presencia de varios jugadores del Cáceres 2016: Sidao Santana, José María Panadero, Kelvin Peña y David Patten.

El acto, que congregó a aficionados y curiosos durante la tarde de ayer alrededor de los nuevos ídolos de la canasta local, contó con un epílogo perfecto: una gimkana en la que participar, en diferentes ejercicios que culminaban con el lanzamiento al aro, todos aquellos pequeños aficionados al baloncesto.

Sidao, al que alguien ha definido como el jugador mediático de la actual plantilla, demostró que sabe moverse en las distancias cortas. Gesticula continuamente, sonríe, habla con todo aquel que se lo requiere y muestra una simpatía no epatante, sincera. No era una tarde de fundamentos técnicos, sino una fiesta solidaria del baloncesto que mostró el lado más humano de unos deportistas que lideran un proyecto que busca recuperar el tiempo perdido. Si se trata de volver a reverdecer laureles, éste es uno de los caminos.