El Boca Juniors, el equipo más popular de Argentina, sumó anoche su título nacional número 31 cuando faltan aún dos partidos para que finalice el presente campeonato. Ante una bombonera colmada de hinchas, el Boca derrotó 3-0 a Banfield y pudo levantar de nuevo una copa, el Trofeo Néstor Kirchner, después de tres años de amarguras.

El equipo que dirige Julio César Falcioni casi no tuvo rivales de peso y se coronó invicto. Esta victoria refleja, por un lado, el buen trabajo defensivo, aspecto que ha sido un desvelo del entrenador. Pero, por otra parte, la consagración del Boca es un retrato de la mediocridad del fútbol local.

De hecho, la sequía del fútbol argentino explica por qué el Boca no ha perdido los últimos 27 partidos con apenas cuatro goles en contra. A lo largo del certamen no ha habido ningún jugador que llamara la atención por su talento. Los nombres de Leonel Messi, Angel Di María, Kun Aguero, son las excepciones que confirman la regla.

Final de campeonato sin Riquelme

El flamante campeón jugó los últimos siete partidos sin Juan Román Riquelme, su principal estrella, de 32 años, y el más talentoso que transita por los campos argentinos. Su otra figura es Rolando Schiavi, de 39 años, a quienes las autoridades de Boca le pidieron que continúe jugando por seis meses porque no le encuentran sustituto.

"Boca fue el mejor equipo de todos. Ganó el campeonato de punta a punta. Y no dejó lugar a dudas. Por todo esto, este título es una gran alegría", dijo Falcioni, el entrenador siempre adusto que, esta vez, dibujó una sonrisa en su rostro.

El River Plate, hundido

Es la primera vez que el Boca es campeón sin jugar con el River Plate, su histórico rival, que este año milita por primera vez en la segunda división y todavía no se ha recuperado de semejante trauma. No deja de ser una ironía que el pasado sábado el equipo rojiblanco fuera derrotado por un gol en la provincia de Corrientes por un modesto equipo llamado Boca Unidos.

La consagración de Boca Juniors se produce en medio de reñidas elecciones por el control del club. Los comicios han tenido fuerte repercusión fuera del ámbito deportivo. Daniel Angelici, apoyado por el expresidente boquense y actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el magnate Mauricio Macri, estaba cerca de obtener la presidencia del club. A pesar de hacer un Boca campeón y contar con la simpatía del Gobierno nacional, a su actual presidente, Jorge Ameal, se le hacía muy difícil remontar la diferencia que lo separaba de su rival.