CACEREÑO: Vargas, Palero, Mansilla (min. 72, Ale), Gonzalo, Toni; Leo Ramírez (min. 55, Zubi), Aarón, Antonio Amaro, David Cuerva, Valverde y Collado.

SOMOZAS: Mandaluniz, Adrián, Leuko, Juan, Antonio, Mateo, Añón (min. 67, Baleato), Pau, Barco (min. 81, Cubas), Joseba (min. 76, Remeseiro) y Antas.

GOLES: 0-1-Min. 45; Añón. 0-2-Min. 86: Cubas.

ARBITRO: Muñoz Mayordomo. Expulsó con roja directa al jugador local Zubi (min. 93) y mostró tarjetas amarillas al propio Zubi y Mansilla y al visitante Antas.

Este Cacereño no carbura, no define, está perdido. Cayó por tercera vez consecutiva en casa, en esta ocasión ante el Somozas (0-2) y vuelve a verse seriamente amenazado por los puestos peligrosos de la clasificación.

Casi fue un calco de los duelos ante Peña Sport y Sporting B. Tuvo el balón e hizo retroceder hasta su área a su rival durante gran parte del duelo, pero no tuvo punch ni amenaza, pese al debut de José Collado, un '9'. Si a ello se une que los gallegos transformaron en gol las dos ocasiones de las que dispusieron, el desastre estuvo servido.

Angel Marcos, un tipo habitualmente dominador de sensaciones de sus grupos, tampoco está fino. Por mucho que lo justificase y que el protagonista no estuviese bien, cambiar a su mejor jugador cuando se está perdiendo es cuando mínimo cuestionable. Leo Ramírez, en este CPC, siempre debe estar en el campo. Mal síntoma. La grada, dolida, se lo reprochó y terminó censurando sus decisiones.

Este equipo está hecho un monumental lío a la hora de establecer su modelo. ¿Tocar el balón en este campo? ¿Cambiar de registro y apostar por el juego directo? El técnico dejó entrever que se plantea ya esto último, visto lo visto. Pero con jugadores como Antonio Amaro --el mejor ayer, de largo-- David Cuerva, Ramírez, Valverde o Zubi --que terminó expulsado en el 93-- debe ser una decisión complicada. Harto complicada, pero está demostrado que algo no funciona.

En el primer tiempo, los locales abusaron del toque y no fueron una amenaza real para el marco contrario. El Somozas, un equipo aseado, con tremendo orden y técnicamente mejor que los dos últimos visitantes, que también se llevaron los puntos, guardó muy bien su puerta. Ni una sola ocasión creó el Cacereño en los primeros 45 minutos. Mucha posesión, sí, pero pura estadística que no sirve para nada. En el fútbol lo que cuentan son los goles y el Cacereño está en una evidente crisis.

Para más inri, en la última jugada de este primer acto un contragolpe gallego culminó en gol de Añón, sin mucha suerte para los locales en los rechaces. Los fantasmas reaparecían en el estadio Príncipe Felipe.

En el segundo salió bien el cuadro verde, con más profundidad adelante, especialmente desde la entrada de Zubi. Pero el equipo estuvo lento, excesivamente parsimonioso en la circulación de balón, aunque es evidente que el campo es una verdadera losa.

Anotó Gonzalo un tanto que no subió al marcador tras observar el línea fuera de juego de otro atacante cacereño (min. 67). Ni hasta para eso tiene fortuna el equipo extremeño. El balón siempre estaba en el campo del Somozas, pero los verdes volvían a mostrar su impotencia de cara al marco contrario.

El encuentro no tenía ya entonces buena pinta. Más bien todo lo contrario. Los de Antonio López, inteligentemente situados siempre, aprovecharon una contra y que Palero se vio superado en el cuerpo a cuerpo por Cubas, que hizo el 0-2 (min. 86). Nuevo fracaso, otro paso atrás en el contexto de la peligrosa espiral. Este equipo juega, pero no culmina. Mala combinación.