CACEREÑO: Vargas, Palero, Mansilla, Mejías (min. 66, Ale), Toni; Amaro (min. 86, Gállego), David Cuerva, Leo Ramírez, Aarón, Carlos Valverde y Kofi.

SPORTING DE GIJON B: Dennis, Menéndez, Bustos, Alberto, Julio, Mario Arqués, Pedro (min. 88, Cyril), Mateo, Pablo (min. 69, Mendi), Mera y Jaime (min. 61, Berto).

GOL: 0-1-Min. 82: Mera.

ARBITRO: Román Román (Castellano-Leonés). Roja al entrenador visitante, Tomás Hervás. Amarilla a los locales Mejías, Amaro, Cuerva y Valverde y a los gijoneses Arqués, Pedro, Mendi y Berto.

El Cacereño no carbura, no define. Su segunda derrota consecutiva en casa (0-1 ante el Sporting B) le mete ya en aprietos, en problemas serios. Su proverbial falta de gol, auspiciada por la carencia de un '9' que pueda concretar ante la meta contraria, le volvió a causar un disgusto de primera magnitud.

Aunque no con la evidencia del tropiezo anterior ante el Izarra, el CPC tuvo el encuentro de su parte. Volvió a poner el empuje, la combinación y el fútbol, pero de nuevo mostró su evidente negación ante la portería rival. Es escandaloso que este equipo no tenga un delantero nato. La urgencia es ya grande, y bien haría la entidad en solucionar esta fatal coyuntura. Previsiblemente hoy puede acabarse su problema con la federación española que le permita fichar. De no ser así, pintan bastos para el grupo de Angel Marcos.

¿Cómo puede el Cacereño tener como delantero referencia a Kofi, un jugador que no se acerca al 1'70? Es verdaderamente frustrante y deprimente, y más teniendo en cuenta que su centro del campo tiene calidad sobrada, que sus laterales son de lo mejor de la categoría y que cuenta con un extremo como Valverde entre la 'creme de la creme' de Segunda División B.

Así de contradictorio es el equipo. Pero el Cacereño combina y combina. Con su campo hecho unos zorros --es una verdadera vergüenza cómo está el césped-- este equipo elabora fútbol, aunque las intermitencias son también constantes. Lógico. Ayer el mejor fue David Cuerva, seguido de Antonio Amaro, en un mal ejercicio del que nunca falla, el canario Leo Ramírez, intrascendente y perdido durante los 90 minutos de encuentro.

El partido tuvo fases interesantes, al tiempo que frustrantes. En el primer acto, los mejores acercamientos fueron visitantes, en un par de contras que marraron los delanteros gijoneses ante la meta de Vargas. El Cacereño solamente rozó el gol en una jugada de Kofi, un futbolista que lo da todo siempre, un luchador impenitente, pero al que le falta la presencia y la prestancia de los puntas determinantes.

Se encaminaba todo, en cualquier caso, a la llegada de una jugada de estrategia para ganar, como tantas otras veces. El inicio del segundo tiempo fue lo mejor de la mañana, con un Cacereño talentoso y corajudo que lo intentó de todas las formas posibles, pero sin remate y sin recursos en los innumerables centros al área. Tiene un verdadero cáncer ahí el equipo, y más cuando Martins no pudo ni siquiera jugar, según Marcos, aquejado de una lesión. Problablemente con él hubiera habido más amenaza.

El filial sportinguista apenas se acercaba en este segundo tiempo. Pero hete aquí que en una jugada aparentemente sin peligro, Mera se llevó el balón ante cuatro defensores locales, muy blandos a la hora de meter el pie. De manera inconcebible, el balón rebasó a Vargas mientras los verdes no se creían lo acontecido en la acción, desde luego una calamidad que costó puntos (0-1, min. 82).

Apenas había tiempo para reaccionar, pero remó el CPC en busca de al menos el empate. La desdicha fue máxima al rematar Mansilla al larguero (min. 91).