Hay vendedor, pero no hay comprador". Así de taxativo se mostraba Félix Campo Alonso, hijo del presidente y propietario del Cacereño, al ser inquirido por este diario sobre la posibilidad de la venta del club de la carretera de Salamanca. "Es así de sencillo, no hay ofertas", afirma con rotundidad.

No obstante, algo ha cambiado sustancialmente en los últimos tiempos entre los que dirigen la nave verde. De "el Cacereño no está en venta" con sabor a sentencia del verano pasado a la situación actual media un abismo. Sobre todo en el ánimo y en las intenciones de los que rigen los destinos del club.

La ruptura del cordón umbilical de la mayor parte de la afición con la entidad, de unos años a esta parte, ha erosionado la seguridad que los salmantinos mostraban antaño: "Hemos llegado a un momento en que vemos que no podemos mejorar la situación del equipo; por eso estamos abiertos a la opción de vender". Se puede decir más alto, pero no más claro.

OFERTA DEL FORMA La última interesada en hacerse con las acciones del Cacereño fue la empresa Forma. Así se publicó en su día. No obstante, el dirigente verde duda de sus verdaderas intenciones. "En noviembre preguntaron por la situación del club y el estado de cuentas. Todos esos datos se les facilitaron pero, desde entonces hasta hoy, no han presentado ninguna oferta", explica. Y aventura: "O bien no hay interés, o no hay un duro. O, si me pongo a pensar mal, han buscado publicidad gratuita a costa del Cacereño".

La situación actual, siempre según Félix Campo, es que los propietarios están receptivos a escuchar ofertas "procedan de donde procedan. Todos los meses alguien pregunta por el estado de cuentas del equipo, pero la realidad es que no hay ofertas".

La última que hubo, con la entidad suficiente como para ser considera como tal, fue la del empresario segedano Antonio Martínez Doblas, reconoce. "En esa ocasión, es cierto que se llegó a un acuerdo. Además, he de reconocer que, por las circunstancias especiales que rodearon ese momento --la desgraciada pérdida del hijo del propietario del Cacereño-- estábamos más que dispuestos a vender. Sin embargo, tras haber acordado las condiciones de la venta, al día siguiente nos llamó su abogado para comunicarnos que se echaban atrás". "La película se ha vendido de otra forma, incluso Angel Marcos ha ido por ahí soltando mentiras, pero lo cierto es que el acuerdo estaba cerrado y que incluso era poco beneficioso para nosotros", apunta.

Campo reconoce estar al tanto de la difícil relación que mantienen con la afición cacereña y con gran parte de la ciudad. Y, dice, dolerle. "Sé que hay un distanciamiento entre la gente y el club, pero ¿qué espera la ciudad que hagamos nosotros? Estamos solos para sacar a flote este barco. Sin ir más lejos, este año solo Ford y Perú Wellness Fitness han apoyado este proyecto. Unicamente van 200 al campo. Y cuando estábamos en Segunda B no llegamos siquiera a los 1.000 abonados. ¿Hasta qué punto la ciudad quiere un equipo arriba si no apoyan al club", reclama.

UN CLUB SANEADO El portero del Granada lanza un órdago: "Si, como muchos creen, el Cacereño es la gallina de los huevos de oro, ¿por qué no hay ofertas encima de la mesa?". El hijo del presidente asegura que el ejercicio pasado el Cacereño, "y ahí incluyo el bingo, las instalaciones, el equipo, el autobús..." se cerró con un balance negativo "de 250.000 euros".

Pese a ello, saca pecho y se reafirma en que el club está saneado. "Precisamente, quizá ése es el problema. Mucha gente preferiría que la entidad tuviera deudas para comprar el club por poco dinero y gestionar a largo plazo la deuda. Si está saneado es más complicado; tienen que ir con el dinero por delante y muchos se echan atrás".

Si finalmente no hay ofertas, en lo que resta de campaña, que propicien un acuerdo de venta, Campo vaticina que habrá un recorte presupuestario para la próxima temporada. Y éste no afectará solo al primer equipo, sino también a la cantera. "No corre peligro su supervivencia, pero sí en qué categoría podrán estar los equipos", finaliza.