El frío no se apoderó ayer de todo en el Príncipe Felipe, aunque sí de la grada. En el campo se vio por momentos un partido entretenido, rompiendo una norma demasiado repetida en los derbis, donde el fútbol, el buen fútbol (o al menos el que divierte al público) no suele ser lo habitual. Lo que sí es corriente es ver animación en las gradas. Y eso sí falló. Cierto que no faltaron los incondicionales del Cacereño, pero el Villanovense solo contó con unos cuantos valientes que realizaron el viaje por su cuenta. El autobús que desde principios de semana intentó fletar el conjunto serón bajo el lema de 'el equipo te necesita y no puedes fallar' no acabó de cuajar y la zona de preferencia que suelen ocupar las aficiones rivales estuvo totalmente vacía.

Mantas, gorros y bufandas poblaron la grada. A algunos espectadores solo se les veían los ojos. Y porque era obligatorio para seguir el partido.

Aparte de la instalación de las cámaras de televisión en la zona de tribuna, y las consiguientes quejas de muchos aficionados porque pierden sus asientos y la zona de paso,

El punto más amable

El palco del Príncipe Felipe hubo una ausencia notable y una presencia destacada. No estaba el consejero delegado del club, Antonio Martínez Doblas, aunque sí su padre y presidente, Antonio Martínez Buzo, que hizo de cicerone para el director general de Deportes de la Junta, Antonio Pedrera, y para el concejal de Deportes, Pedro Muriel. La presencia destacada en la zona vip del estadio fue la de David Gómez, el joven canterano de 15 años que siete días antes se había desvanecido tras chocar contra una de las vallas de protección de los campos de Pinilla.

Con el brazo en cabestrillo, el delantero del equipo cadete tiene ganas de volver a jugar para aumentar su estadística de cuatro goles esta temporada. El sábado estuvo acompañando a su equipo en Mérida, lo que no hizo más que aumentar sus ganas de volver a jugar. "Puede que vuelva el próximo fin de semana ante el Flecha Negra", contó su entrenador, Jorge Estévez, que le acompañó en el palco y a pie de campo cuando David fue la mano inocente en el habitual sorteo que el Cacereño hace en los descansos de los partidos.

El joven jugador no recuerda nada de los sucedido, aunque sí su entrenador, que dice que es mejor olvidar los momentos de angustia que pasaron en Pinilla. "Seguro que ya mismo está dándolo todo otra vez", dice. Y ahora tiene más espejos en los que mirarse. Ayer, desde el palco, vio debutar a dos canteranos, Alcala y Alex Martín.