El mejor momento, hace justo siete días con la recogida del Premio Olimpia de las manos del Rey por los Juegos Deportivos Especiales. El peor, con las críticas al trabajo de la gente que trabaja con él "sin información". Ellos, dice, "no se pueden defender como yo". Casi dos años después de asumir el mando político del deporte extremeño y la semana de su 33 cumpleaños, Carlos Javier Rodríguez repasa la actualidad en una entrevista en la que avisa sobre posibles incumplimientos de clubs, deja claro que patrocinio no es subvención y abre una puerta a la esperanza de que llegarán tiempos muy buenos para el deporte regional.

--A nivel global, ¿cómo definiría el momento del deporte extremeño?

--Estamos muy bien posicionados, a nivel nacional e internacional, tanto por los buenos resultados como por los retos de medio y corto plazo. Hablamos de los Juegos Olímpicos, de los eventos internacionales, de clubs que están teniendo éxitos... es un buen momento, tanto para la base como para el alto rendimiento como para los eventos de proyección.

--¿Se siente presionado por los clubs con el eterno debate de las subvenciones?

--Creo que se ha entendido bien. El patrocinio llega cuando hay una excelencia a niveles competitivos, de resultados y de proyección social; mientras tanto, hay subvenciones. Ha habido una reforma en la orden de competiciones nacionales, donde los deportes que están patrocinados no tienen ese perfil, pues para eso hay un patrocinio mucho mayor. El patrocinio es exigencia. Todo el mundo, cuando nos exigen un poco más, no nos gusta tanto porque nos hacen trabajar en un campo que no es específicamente el proyecto deportivo, con la comunicación y la proyección.

--Como máximo responsable del deporte regional, pero también como aficionado, ¿prevé alguna desaparición de algún club importante? El Plasencia de baloncesto, o mejor su presidente, lo dejó caer; el Mérida...

--El debate está en la calle. Por la situación que vivimos, los clubs están teniendo menos cuantías presupuestarias de entidades privadas. Tienen menos posibilidades y eso hace que esa política de reducción de gastos, también de las administraciones públicas, repercuta en las estructuras deportivas. O se hace una planificación correcta o va a haber más de una sorpresa. Los recursos son los que hay. La administración no va a salvar ninguna gestión que no sea la suya directamente. Tenemos un límite que no sobrepasamos a no ser que sea patrocinado, caso del Deporte y Mujer o el Arroyo de voleibol femenino, proyectos estratégicos en los que es más complicado que entidades privadas aporten. Eso es una inversión. Todos quieren más, pero hay que tomar decisiones.

--Los éxitos en categorías inferiores, ¿compensan el diagnóstico negativo sobre la llamada élite?

--La inversión en la base es mucha, y está bien articulada. Existe un paso intermedio entre la base y el alto rendimiento. Seguimos incrementando la inversión en la base para poder fijar la tecnificación: la residencia estable de Cáceres, los centros de tecnificación de piragua y remo, de vela en Orellana, el ´anillo´ en el Gabriel y Galán; la inversión en la Ciudad Deportiva de Mérida. Esto es una carrera de fondo, y tiene que haber mejores resultados. En Pekín fue un éxito, pero también hay que decir que los deportes colectivos son mucho más complicados. Pero no hay que olvidar que en disciplinas somos máximos exponentes: caza, pesca, ajedrez, baloncesto femenino, fútbol femenino voleibol femenino, ciclismo... y en baloncesto masculino, LEB Oro, en fútbol el Mérida en Segunda B, balonmano... estamos a punto de explotar. Alabo la cordura de directivos como el Cáceres de baloncesto, como el Pines de balonmano o el Arroyo de voleibol, que no tienen prisa, que saben cúal es su techo y no se dejan llevar. Eso hay que hacer.

--¿Es cierto que el compromiso del presidente de la Junta es apoyar como lo está haciendo hasta final de esta legislatura a clubs como el Cáceres 2016 y que no es temporada tras temporada?

--Las declaraciones que hizo Pedro (Núñez, presidente de honor del Cáceres) no son correctas, y él lo sabe. Igual que los jugadores tienen que sudar la camiseta en la cancha, los clubs también cada temporada. Hay una comisión de patrocinio que se está reuniendo, bajo Marca Extremadura, donde se ve el retorno: resultados, impacto mediático... por año.

--El que no cumple, no sigue...

--Esto ocurrió la temporada pasada con el Extremadura Ciclismo Solidario. Hubo unos objetivos no cumplidos. El patrocinio dependerá siempre de la comisión. Si no tenemos retorno de Extremadura como empresa pública que se proyecta fuera y dentro de la misma, no sirve. Con el dinero público que se da, se ven muchas cosas. La referencia en baloncesto está en el Cáceres, en el Plasencia y en el Mérida. Claro: si el de LEB Plata pasa a la LEB Oro o el Bronce pasa a Plata, la comisión tiene que estudiarlo. Hay limitaciones y lo saben los directivos. No es lo mismo estar tú solo en una categoría que dos. Pero también estando dos, los proyectos pueden ser diferentes, como el Linex y el Ajoblanco en ajedrez o en baloncesto femenino en el Proffasa Badajoz o el Iniexsa Cáceres. En planificación son estratégicamente distintos.

--La mayoría se queja de que las ayudas llegan tarde.

--Ahí hemos mejorado. Una vez que lo hemos quitado de subvenciones, no hay que esperar a que todos presenten su memoria. Hay que saber dónde van las ayudas y justificarlo todo pues la administración es garantista. Esto supone que el contrato de patrocinio sea diferente. Quitamos el aval y hacemos el pago del 50 por cien y al final de temporada el resto. No podemos adelantar el dinero, entre otras cosas, por si hubiese algún imprevisto. Seguimos con el Extremadura de ciclismo porque hacen buena labor, pero ya no son 600.000 euros, sino 300.000, siempre con objetivos.