Cacereño - 1: René, Oscar Prats, Tomás, Mario Carrizosa (min. 81, Rives), Dani Gómez; Chapi, Lolo, Abel Segovia, Rocha; Luismi (min. 75, Dieguito) y Mauri (min. 70. Alex).

Montañeros - 1: Diego, Angel Luis, Dopico, Raúl Lozano (min. 46, Varela), Pablo López (min. 66, Iago Iglesias), Candela, Herbert, Moisés, Kike Cubas, Cano (min. 54, Maikel) y Rubén Rivera.

Goles: 1-0-Min. 44: Abel Segovia. 1-1-Min. 92: Herbert.

Arbitro: González González (Castellano Leonés). Tarjetas a los locales Abel Segovia, Lolo y Rocha y a los visitantes Moisés y Kike Cubas.

Incidencias: 2.000 espectadores. Minuto de silencio por la muerte de Diego Lozano, entrenador del Cacereño en los 70. En la grada, Adolfo Muñoz, técnico del Badajoz.

De nuevo el Cacereño fue castigado por su falta de tensión final. Le ocurrió ante el Deportivo B, le sucedió ante el Guadalajara y le pasó ayer. En un encuentro que dominó y controló, pese a no deleitar, se dejó dos puntos y volvió a fallar a su cita con la tranquilidad clasificatoria. El Montañeros, un equipo menor, puede que el peor que haya visitado el Príncipe Felipe esta temporada, se llevó un botín exagerado pero previsible (1-1).

El técnico verde, José Luis Montes, se autocalificó de adivino porque reveló al final que en el descanso le había dicho a los jugadores que si no conseguían el 2-0 más o menos pronto, lo iban a pasar mal. Y así aconteció: el Montañeros solamente lanzó a puerta en el minuto 92 en lo que fue el tanto de la igualada. Más practicidad imposible y más desgracia para quien lo sufrió, en este caso, también.

Tras un primer tiempo de control local, con un inicio con dosis de fútbol apreciables aunque no plenas, el Cacereño recibió el premio del gol con un obús acertado de Abel Segovia en la frontal del área en un momento psicológico. Era el minuto 44 y todo parecía encarrilado, en la buena línea, y más teniendo en cuenta la hoquedad en el juego visitante, un grupo previsible, con futbolistas de segundo orden, pero que después demostrarían que la fe es un elemento clave en el fútbol.

Mauri, que en el primer tiempo había cabeceado al palo, tuvo otra inmejorable cita con el 2-0, pero golpeó al cuerpo del portero Diego. El Cacereño había optado por jugar a la contra, y ahí tuvo varias opciones pintiparadas para sentenciar.

Atrás no había problemas: el timorato Montañeros apenas creaba peligro. Por contra, los locales sí lanzaron varias andanadas, casi siempre con Chapi y Rocha de protagonistas. El capitán no se pudo regalar un gol para su 26 cumpleaños, que celebra hoy, pese a que tuvo en sus botas la posibilidad franca de hacerlo.

SIN SENTENCIA Montes cambió a Alex por Mauri y el Cacereño daba la impresión de que en cualquier momento podría hacer el 2-0. Chapi, sin embargo, se precipitó en un par de pases que tenían el gol como destino final.

El encuentro, que sirvió para la vuelta de Dieguito, transcurría más o menos plácido, sin grandes agobios en los locales, que sin embargo dieron varios pasos hacia atrás en los últimos diez minutos. El Montañeros se lo creyó y fue a por el punto. El árbitro contribuyó con su rigidez (24 faltas locales por 12 visitantes) y cada contacto era un lanzamiento de falta. En el último de ellos, lo que nadie quería. Una discutible acción punible de Rocha en el centro del campo se convirtió en un tiro libre que el portero Diego lanzó a la olla . El cuero tuvo tres toques en el área hasta que Herbert acertó. Tenía razón Montes: su equipo pecó de pardillo. La frustración fue tremenda: pocos acertaban a explicar cómo un rival puede lanzar a gol solo en un área en la que se encontraban la friolera de 23 jugadores.

Al Cacereño le resta al menos la confianza de saberse en buena línea, pese a errores que, como el de ayer, le complican. El domingo espera el derbi en Badajoz. Adolfo Muñoz, técnico pacense, presente en el Príncipe Felipe, tomó nota: su oponente está bien, pero es vulnerable.