Tres meses y medio después de verse las caras por última vez Madrid y Barcelona, ambos equipos volvieron a encontrarse en el estadio Santiago Bernabeu para disputar la ida de la Supercopa de España, en un encuentro que sobre el césped volvió a tener máxima rivalidad en todos los aspectos.

El ambiente para el partido fue inmejorable, con un estadio lleno, un título en juego, y la afición local enarbolando un enorme dibujo a través del colorido que dieron las banderas que prácticamente todos los aficionados locales portaron instantes antes de comenzar el encuentro.

Los incidentes provocados por unos radicales a media tarde sobre el autobús de los directivos del Barcelona, y que acabó con uno de ellos, Josep Contreras, atendido por los efectivos de la Cruz Roja, fue un hecho aislado en un partido que volvió a gozar de la máxima rivalidad.

El partido tenía que servir para comprobar que los incidentes que la pasada temporada empañaron muchos de los clásicos estaban olvidados, pero desde el pitido inicial tanto madridistas como azulgranas salieron a por todas y el partido se hizo muy trabado en algunos compases, aunque no denotó tanta crispación como en otras ocasiones.

La primera acción que levantó protestas con contundencia fue a los 26 minutos de partido, después de que el jugador del Madrid Sami Khedira, en un balón dividido en el centro del campo, elevara en exceso su pierna derecha golpeando en la cara a Abidal, que quedó tendido en el suelo durante unos instantes quejándose del golpe recibido.

Esa acción levantó los ánimos de uno y otro equipo, y según fueron pasando los minutos el encuentro fue creciendo en intensidad, lo que provocó que ambos contendientes fueran elevando sus protestas al colegiado Teixeira Vitienes reclamando sus quejas, que en la primera mitad no tuvieron mayores consecuencias.

Las acciones más polémicas vendrían en la segunda mitad, con el central del Madrid Pepe como protagonista, ya que el portugués tuvo algunos encontronazos con Dani Alves, al que arrolló en una jugada desentendiéndose del balón en el costado derecho de la defensa azulgrana, y con Pedro, al que golpeó en el estómago al levantar demasiado la pierna.

En el área del Barcelona también hubo jugadas polémicas que el colegiado no consideró dignas de señalar, como la ocurrida a falta de siete minutos para el final cuando el cancerbero Víctor Valdés obstaculizó tras un despeje la carrera de Cristiano Ronaldo, golpeando ligeramente al delantero portugués, que cayó al suelo dentro del área catalana. La polémica está servida y el Camp Nou será juez el miércoles.