Mérida Diez personas componían el grupo de aficionados y directivos locales que emprendió ayer la tarea de limpiar el estadio Romano de Mérida. Los restos de basura de los encuentros precedentes se habían acumulado sin que nadie se hubiese impulsado una solución. La atribución para mantener las gradas dignamente la tiene el club, pese a que el recinto es municipal. J. A. REINA