El cordobés David Nalbandian, principal protagonista de los mejores momentos de Argentina en la Copa Davis en lo que va de la década, es el líder de su equipo y carta de triunfo permanente

Nalbandian encara la final ante España en Mar del Plata decidido al alcanzar el título, el principal objetivo que se planteó este año, después de no lograr otros dos, ganar un Grand Slam y una medalla en los Juegos de Pekín. "Quedará marcado un antes y un después del tenis argentino si ganamos la Davis", afirmó recientemente el ahora número once del mundo.

Sus antecedentes en esta competición, en la que debutó en 2002, son notables para el tenis de su país, con 26 victorias y ocho derrotas, dos de ellas sufridas en la última semifinal ante Rusia, disputada en septiembre pasado. Él y Juan Martín del Potro habían ganado los dos primeros puntos en esa serie y entonces David decidió jugar el partido de dobles, para el cual estaban designados Agustín Calleri y Guillermo Cañas. El primero quedó fuera y el resultado no fue el buscado.

Dimitry Tursunov e Igor Kunitsyn jugaron un partido memorable y ganaron por 6-2, 6-1, 6-7 (9), 3-6 y 8-6. David quedó exhausto y lo pagó al día siguiente, en el cuarto punto, en el que cayó derrotado ente Nikolay Davydenko por 3-6, 6-3, 7-6 y 6-0. La serie la ganó más tarde Del Potro frente Andrev (3-2).

Aquel fue el primer partido perdido por Nalbandian en casa en la Copa Davis y la experiencia ha hecho que su participación en el dobles ante los españoles no esté confirmada todavía, aunque tanto Calleri como José Acasuso coinciden en que "si él quiere, será difícil dejarlo fuera".

El cordobés de Unqillo participó en la final de la Davis en 2006 ante Rusia en Moscú, en la que venció a Marat Safin y Nikolay Davidenko, con lo que sumó los dos puntos de Argentina, que perdió por 3-2. En esa serie cayó derrotado en el doble con Agustín Calleri, en tres mangas, ante Dmitry Tursunov y Safin.

Nalbandian, que no ha tenido una buena temporada en el circuito, pero que como ocurre generalmente levanta su rendimiento en los tramos finales, ha sido el principal impulsor de que la superficie para la final sea rápida y cubierta.

Su plan era desfavorecer a Rafael Nadal, el rey de la tierra batida, quien finalmente no participará por una lesión. Había señalado a su Córdoba natal como sede, pero la postulación de Mar del Plata frustró su propósito. Se molestó y pidió explicaciones que aún no ha recibido. "Favorecen a España", afirmó.