Entre 600.000 y algo menos de un millón de euros. Esa es la deuda real del Cacereño. El nuevo propietario del Cacereño, Antonio Martínez Doblas, estableció esta horquilla entre cifras, sin especificar cuánto exactamente, en un momento histórico para el club: el traspaso de poderes, escenificado al mediodía de ayer en el estadio Príncipe Felipe sin la presencia del que ha sido el dueño del club durante los últimos ocho años y medio: el empresario salmantino Félix Campo, suplido por su hombre de confianza, Patricio Castaño.

La rueda de prensa de la transición tuvo el protagonismo estelar del nuevo propietario. El antiguo régimen , encarnado por Castaño, centró la breve intervención pública inicial con una soterrada crítica al periodismo local, al insistir en que los medios deberían apoyar más a Martínez Doblas que lo que lo habían hecho a ellos. Del mismo modo, el consejero de Campo animó al nuevo comprador a "hacer algo grande" con el Cacereño.

Mientras tanto, Martínez Doblas (acompañado por su padre, Antonio Martínez Buzo, empresario de prestigio de la comunidad extremeña), basó su alocución en pedir el apoyo de los cacereños al flamante proyecto y asumir que, entre otras cosas, había apostado por Cáceres por el respaldo que le dan alternativas como el bingo, "aunque en estos momentos es más un problema; está en horas bajas", dijo.

El empresario segedano, además, admitió que no había invertido en otros sitios, como Badajoz, por la situación económica que arrastra. En el Cacereño, insistió, los problemas son asumibles (más de 600.000 euros, 100 millones de pesetas).

Doblas no dio muchos detalles del futuro, aunque sí asumió que le había pedido a Pedro Rocha que fuese el presidente, como ya publicó ayer este periódico, dentro de su filosofía de implicar a gente de la tierra. Del mismo modo, serán consejeros el empresario Emilio Guerrero, que será precisamente quien se encargue de encauzar el bingo; y el abogado Gonzalo Escacena, su mano derecha en el difícil proceso de compra de la entidad.

CIRIACO, EL SUEÑO Angel Marcos será director general. Entre sus tareas está la de buscar un entrenador (a él le ha gustado históricamente contar con el placentino Ciriaco Cano, aunque esto es complicado, como que venga Manolo Sánchez).

La idea es hacer una campaña de socios lo más rápidamente posible, la probable convocatoria de una asamblea y la de estructurar definitivamente un club en el que ya no estarán José Ignacio Aguinaga; el administrativo Carlos Trochez y Pedro Rossi, exdirector deportivo. Sobre el equipo, Doblas quiere que sea de mayoría de extremeños, incluso con gente que está jugando fuera. de la comunidad