El sueño de cualquier niño enamorado del fútbol suele ser siempre el mismo: jugar en el equipo de tu ciudad y hacerlo al máximo nivel. No es fácil cumplir porque no es fácil ser profeta en la tierra de cada uno, pero a veces, hasta las situacios más adversas y comprometidas, pueden generar grandes oportunidades. Que se lo digan a Luis Enrique Carrasco Acosta (Almendralejo, 1998), más conocido como ‘Kike Carrasco’. Este almendralejense de 22 años está a punto de protagonizar lo que se conoce como ‘doble salto mortal’ en el fútbol, es decir, pasar de jugar en Tercera División a hacerlo directamente en el fútbol profesional, en este caso, en Segunda.

Extremo, habilidoso, eléctrico. Su atrevimiento y descaro ha sorprendido a los técnicos azulgranas durante esta atípica fase de entrenamientos. Eso, y la plaga de lesionados y tocados con la que cuenta el Extremadura en fase ofensiva, le abren muchas opciones de debutar como azulgrana en Elche.

«El míster ya nos dijo que íbamos a ser útiles para el equipo y que no fuéramos los mismos que en el filial, sino que somos uno más de ellos», dice el joven almendralejense, quien asegura estar muy bien fisicamente para afrontar el reto: «nos ha dado tiempo de ponernos al ritmo. Yo, personalmente, me veo ya cerca de ellos. Es la ilusión de toda la vida, poder ser profesional», admite.

Aventurero

De talento innato, el fútbol le había dado ya varias oportunidades a Kike Carrasco, aunque este pequeño ‘Príncipe’ de Tierra de Barros no las había sabido aprovechar. Estuvo varios años en la cantera del Rayo Vallecano, pero no terminó prosperando. Pasó también por la cantera del Alavés, pero no encontró oportunidades. Luego, estuvo un año en el Novelda valenciano y el pasado ejercicio en el Montijo, ambos en Tercera. Este año decidió volver a casa para enrolarse en las filas del filial y recuperar el brillo perdido. Cuando parecía que su talento se apagaba, este parón inesperado y una temporada más que notable le han abierto una opción que no podía ni imaginar: «yo hubiera firmado debutar en Segunda en mi casa. Es como un sueño», confiesa.

Tanto él como sus compañeros del filial que entrenan con la primera plantilla, son conscientes de que el debut es más que una realidad, por lo que tratan ya de sacudirse esa presión añadida. Es más, en sus declaraciones, piensa más como un veterano que como un canterano: «hemos de empezar bien porque eso nos marcará el camino», puntualiza.

Un joven intrépido se ha colado inesperadamente en los planes de Manuel para el final de temporada. El fútbol vuelve a darle otra oportunidad. Y, en esta ocasión, con la lección bien aprendida.

Junto con sus compañeros apura la preparación para Elche, donde el viernes vuelve la competición para el equipo. Hay muchas ganas de césped y de volver a disfrutar.