Hace más de un mes que el Cáceres Patrimonio de la Humanidad no juega en su pabellón, al que hoy regresa para enfrentarse nada menos que al líder de la LEB Oro, el Quesos Cerrato Palencia (21.00 horas). Lo hace en plena reconstrucción, como no tiene inconveniente en hablar su entrenador, Ñete Bohigas, consciente de que se le ha quedado una plantilla más corta de talento después de tres bajas y altas en muy escaso espacio de tiempo.

La situación no es, por ahora, agradable, y se corre el riesgo de que al equipo extremeño se le haga demasiado larga la liga: sin las fuerzas suficientes para optar al playoff de ascenso y también salvado virtualmente del descenso, aunque quizás falte una victoria para que esa seguridad sea matemática.

Ibrahima Thomas, Tomeu Rigo y Carlos Toledo son, hoy por hoy, peor pack que el que forman Tautvydas Slezas, Añaterve Cruz y Ben Mockford. Al menos a nivel ofensivo, donde se están acumulando los problemas. Tanto es así que el propio Bohigas afirma que el trabajo diario se está redefiniendo, intentando jugar de otra manera, para aprovechar mejor las virtudes diferentes de lo que ahora tiene a su disposición.

No queda más que resignarse y apretar los dientes. "El equipo se nos rompió y estamos haciendo un esfuerzo muy grande para reconstruirlo. Hemos pasado un momento malo: de ser quintos a sufrir como ahora", resumió el técnico.

La llegada del que sin duda es el gran dominador de la competición (solo cuatro derrotas, la mitad que el segundo, el Melilla) no parece el mejor escenario para relanzarse. "Está muy bien construido", argumentó Bohigas, mencionando a prácticamente todos sus jugadores, desde la pareja de bases Dani Pérez-Dani Rodríguez a los experimentados pívots Urko Otegui y Lamont Barnes, pasando por el tiro exterior de Romá Bas y Marc Blanch, el 'todoterreno' Mitch McCarron y el componente físico que ofrecen Ike Okoye y Joan Tomas. En fin, para dar miedo, sin notarse ni siquiera la marcha de Porfirio Fisac y su sustitución por su ayudante, Sergio Martín.

EL 'NUEVO' CACERES ¿Por dónde pasará este nuevo Cáceres que intentará tener un final digno de temporada? Pocos pueden discutir que sus jugadores tienen menos capacidad ofensiva, que algunos tendrán que dar un paso adelante y que ahora tocará partir desde la defensa. Enfrentarse al Palencia será sin duda un exigente test para los nuevos conceptos que se están introduciendo, según Bohigas: "Se trata de un rival con una enorme capacidad para crear canastas en superioridad y correr el contraataque. Tenemos que estar muy atentos en el balance defensivo y así evitar que el partido se juegue al ritmo que les gusta a ellos".

Será el debut ante la hinchada de Thomas, Toledo y Rigo. De los dos últimos apuntó el entrenador que "serán grandes jugadores, pero son muy jóvenes todavía", mientras que sobre el pívot africano ("es completamente distinto a Slezas") se confía en una mejor adaptación al arbitraje español (en el último choque hizo cuatro faltas en apenas ocho minutos).

Pagarán los abonados. A todos los aficionados pidió el técnico local un apoyo que el Cáceres necesita ahora mucho para no cerrar la temporada en falso.