Detrás del podio de la Vuelta, justo en la frontera entre Asturias y Cantabria, Francisco Alvarez Cascos, presidente del Principado, apenas hacía caso de los tímidos pitos que oía. Más bien sonreía con los cánticos que entonaba la cuadrilla de Juanjo Cobo, más propios del fútbol que del ciclismo: "¡Sí, sí, sí, nos vamos a Madrid!". Cobo se veía obligado a escalar un pequeño repecho (habría sido un barrizal si se hubiesen cumplido las previsiones de lluvia) para abrazarse y fotografiarse con su peña.

A Cobo se le conoce como El Bisonte de la Pesa y, aunque ha nacido en Torrelavega, se ha criado en Cabezón de la Sal. Muy pocos tienen presente el triunfo más importante en la vida deportiva de este corredor de 30 años. El 14 de julio del 2008 se proclamó vencedor de la gran etapa pirenaica del Tour, en la cumbre de Hautacam.

Pero Cobo no puede presumir de esa victoria porque, de hecho, quien cruzó la meta en primera posición fue su compañero Leonardo Piepoli, que fue descalificado por culpa del condenado dopaje y porque tres días después del triunfo su equipo de por aquel entonces, el Saunier Duval, fue expulsado de la ronda francesa al conocerse que el jefe de filas de la escuadra, Riccardo Riccò, había dado positivo.

Este hecho histórico es más una penitencia que una medalla para el ahora líder del Geox. Por eso, prefiere correr en silencio, sin hacer ruido, sin dejarse ver y dejando hasta ahora que los titulares y las crónicas de la Vuelta apuntasen más los nombres de Joaquim Purito Rodríguez o Vincenzo Nibali, desaparecidos ayer en el primer combate en las cumbres asturianas. Si hay un español que puede ganar esta Vuelta con nombres que suenan un poco extraños, este no es otro que Cobo, el gran rival de un Bradley Wiggins.

La Vuelta descubrió ayer los Lagos de Somiedo, cima en la que Cobo decidió presentar su candidatura al triunfo tras un ataque en los últimos kilómetros que le deparó poder situarse a solo 55 segundos del líder, con el duro paisaje de El Angliru en el guión de hoy.

Cobo atacó y encontró en su compañero David de la Fuente la ayuda necesaria para impulsarlo hacia lo alto de la clasificación. De la Fuente renunció a la victoria, que se llevó Rein Taaramae, para ayudar a su paisano.