Alberto Ginés (Cáceres, 23-10-2002) es uno de esos deportistas extremeños ya nacidos en el siglo XXI que se abre camino. Es escalador y sus cualidades y títulos le han procurado una beca en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona, adonde se marchará en unas semanas. En el horizonte está estudiar Ciencias del Deporte.

Abandona así el instituto El Brocense, de su ciudad, para adentrarse en una nueva etapa en su carrera. «Podré estar cerca de mi entrenador [David Maciá] y en instalaciones más apropiadas a las que tenemos en Cáceres», cuenta, ilusionado. Le gusta pasar desapercibido porque, aseguran, lo que más nervioso le pone son los podios.

Lo suyo con la escalada es un amor ya veterano. Empezó en ella a los cuatro años, con su padre, del mismo nombre, y ya desde el principio apuntó buenas maneras. «Es un deporte de superación. Uno compite contra sí mismo, sobre todo en la escalada en roca. Es el reto de poder subir por una vía que supone un reto personal. Luego está la competición, en la que ya entran en juego otros compañeros, pero al final siempre es el reto personal, no tienes esa sensación de competitividad. Conocer sitios nuevos, muchas culturas diferentes, también es muy enriquecedor», comenta.

Según Ginés, lo más importante para bueno en su deporte está en lo mental. «Fuerza, técnica y concentración son necesarias, así como un buen entrenamiento, pero como nosotros decimos, la escalada es un 70% cabeza», comenta.

El camino en Extremadura en su disciplina lo han marcado especialistas como Javier Cano («es un referente»), pero él se ha fijado en el que considera el mejor de la historia, Adam Ondra.

En su currículum hay éxitos ya como ser campeón de Europa y subcampeón del mundo en categoría juvenil, así como estar en una final absoluta de la reciente Copa del Mundo. «Estaban en la semifinal Ondra, Gisolfi, Domen, Jakob Schubert, Megos. Fue increíble. El sitio era muy especial», recuerda.