Se cumplió el guión previsto. Moscú se llevó todo el oro de Budapest y España toda la plata pero todavía demasiado lejos de la máxima potencia mundial. "Habrá que analizar por qué nos quedamos tan lejos de las rusas", reconoció la directora técnica española, Anna Tarrés. El equipo llega hoy a Barcelona con cuatro subcampeonatos, los dos últimos conseguidos ayer con todo el brillo posible en las pruebas de dúo y combo. España repitió, con sus cuatro platas, el mismo resultado de los Europeos del 2006 y empeoró los cuatro oros de hace dos años en Eindhoven, aunque en aquella ocasión todavía estaba Gemma Mengual y no estaba, en cambio, el equipo ruso, a excepción de Natalia Ischenko en la prueba de solo.

A cada final que pasaba, España estuvo en Budapest más cerca de Rusia. Ucrania quedó tercera, a una distancia mayor de España, que lleva ya 43 medallas desde el año 2000. En las 39 anteriores, siempre estuvo presente Mengual, ayer espectadora en Budapest. La experta nadadora está embarazada de seis meses y, después del alumbramiento, decidirá si sigue compitiendo hasta las Olimpiadas de 2012.

Tarrés encontró la respuesta a los por qués que se planteaba sobre el dominio ruso. "Ellas todavía son mejores y nosotras hemos tenido un cambio generacional en todas las pruebas", aseguró la seleccionadora. Las nadadoras españolas se quedaron con una puntuación media de 9.7, mientras que las rusas rozaron siempre el 9.9. Irina Rodríguez, una de las veteranas del conjunto y una de las cuatro que siguen desde los Juegos de Pekín tampoco falló en el análisis: "Tienen una base muy buena desde pequeñas y tienen muchísimas licencias; se les va una nadadora y consiguen otra de las mismas características. Nos falta más gente que compita a ese nivel". España acabó ayer de manera brillante, con un combo espectacular valorado con 97,000 puntos.

DECEPCION Después de casi seis horas en el agua, la cartagenera Margarita Domínguez perdió la medalla de bronce en los 25 kilómetros en aguas abiertas en la photo finish . Entre la ganadora, la ucraniana Olga Beresnyeva, y la segunda, la alemana Angela Maurer, hubo una décima de diferencia, pero la española marcó en la meta exactamente el mismo tiempo que la italiana Martina Grimaldi (5 horas, 48 minutos, 10 segundos y 3 décimas), que se demostró que terminó por delante. "Ha sido una carrera durísima, la peor para mí", explicó Domínguez.