"Quiero brindar por Xavi y Andrés porque, a pesar de que gané yo ellos se merecían el trofeo tanto o más que yo", dijo Leo Messi, alzando una copa de champán. Hizo lo mismo que habrían hecho sus dos compañeros: compartir, una vez más, el triunfo, en el avión de regreso de Zúrich el lunes por la noche. En ese pequeño jet, en la intimidad de los familiares más directos de los tres aspirantes al Balón de Oro, Messi expresaba su solidaridad y, al mismo tiempo, su gratitud.

Un gesto de compañerismo en pleno vuelo, ajeno a la polémica que empezaba a desatarse en algunos medios de comunicación. Empezando por los españoles, que optaron por incidir en la ausencia de reconocimiento al triunfo de España en el Mundial porque no ganaron ni Xavi ni Iniesta, los representantes de La Roja . Pero también hubo discordia a nivel internacional entre los medios italianos y franceses por una exclusiva que no se cumplió del todo.

La Gazzetta dello Sport avanzó hace semanas que los tres finalistas serían Xavi, Messi e Iniesta. Más tarde, adelantó que el vencedor sería el héroe de Fuentealbilla. Como se cumplió el primer vaticinio, se dio por bueno que también se cumpliría el segundo porque el rotativo italiano aludió a "una filtración" del resultado de las votaciones. Tras comprobarse en la gala que el ganador era Messi, ayer publicó en portada: "Messi? Nooo!".

El golpe del desquite

La exclusiva supuso un golpe a France Football , coorganizador del evento. Desde esta última edición, la revista francesa comparte la concesión de su histórico galardón (desde 1956), con la organización de la FIFA, que ha suprimido el FIFA World Player (desde 1991). France Football guardó silencio, pero ayer el diario L´Equipe , perteneciente al mismo grupo editorial, se desquitó con un mensaje a La Gazzetta . También en la portada. "Messi? Mais si!".

El diario italiano trató de enmendar su fallida segunda exclusiva y encontró respaldo en otros periódicos del país que expresaron sus dudas y la justicia del éxito del astro argentino. También se abonaron a esta tesis periódicos españoles, indiferentes al hecho de que Messi hubiera marcado 58 goles en 54 partidos y sumara el Pichichi y la Bota de Oro (el mejor goleador europeo) a la Liga y la Supercopa de España.

El triunfo de Messi se gestó, básicamente, en el apoyo de los capitanes y de los seleccionadores.