"Siempre me decía: ´amigo extremeño, amigo extremeño´. Se despidió de nosotros muy emocionado, llorando". Habla Juan Bermejo, presidente del Arroyo y espectador directísimo del triunfo de España en el Mundial de Suráfrica, que ha visto casi en su integridad. El empresario se refería al sentido adiós de Alvaro, hijo del seleccionador nacional, Vicente del Bosque, a la vuelta de una "maravillosa experiencia", resalta.

Bermejo y su mujer, Teo, se han integrado en un selecto grupo de personas, todas ellas muy cercanas a los futbolistas y los técnicos campeones, para seguir a la campeona mundial. Y lo hicieron después del encuentro ante Suiza y hasta la final ante Holanda. Tanto que han compartido hotel y hasta guardaespaldas. "Ha sido maravilloso", resalta encantado.

Gracias a las gestiones del presidente de la Federación Extremeña, Juan de Dios Monterde, y por supuesto a sus posibilidades económicas, ha convivido directísimamente con los familiares de Vicente del Bosque; del preparador físico, Javier Miñana, y de Gerard Piqué, además de las novias de los futbolistas Pedro e Iniesta.

La convivencia ha sido "excepcional", estableciéndose incluso relaciones de amistad. De hecho, toda la familia del seleccionador "ha quedado en venir a Arroyo en agosto". Incluso la de Piqué, "aunque será más complicado". Bermejo no para de relatar anécdotas. En uno de los días libres, se fueron todos a comer, incluidos los protagonistas. "No hubo manera de pagar; al final lo hizo del Bosque", asegura. Con el seleccionador, sus hijos y su mujer ha habido una especial conexión. Con el ya famosísimo Alvaro todo ha sido muy emotivo al verle disfrutar. "Es un tío estupendo que se lo ha pasado bomba. Y su padre cumplió con lo prometido, subiéndolo al autobús en la celebración, como todo el mundo ha visto".

El empresario, que ha relatado su experiencia periódicamente a lo largo del Mundial en Canal Extremadura Radio, está aún emocionado. Sus conversaciones con jugadores y familiares, con los que ha compartido incluso un safari de tres días en Zimbawe, han sido una constante durante el glorioso mes futbolístico. "Solamente les he visto un poco encogidos antes de jugar contra los alemanes. Sergio Ramos insistía en que había que tener cuidado con ellos porque nos tenían ganas, con jóvenes muy buenos. En el resto de partido los he visto muy tranquilos y muy confiados en sí mismos".

"Yo por Extremadura y por Arroyo haré siempre lo que pueda", proclama. Es real: sus gestiones de alto nivel harán que su localidad natal tenga, desde el mes de septiembre, una escuela de fútbol del Real Madrid.