Resulta curioso, pero es que el fútbol, en la grada, es muy distinto que en los despachos y en el verde. Extremadura y Huesca no guardan como clubs, precisamente, una muy buena relación. Es sabido que el Huesca no quiso hacer el pago de los 600.000 euros de la famosa cláusula de la venta de Enric Gallego al Getafe y ese dinero se lo debe al Extremadura. Eso, a los azulgranas, les ha generado, por ejemplo, las famosas tensiones de tesorería. Pero eso es de despachos. En la grada, Huesca y Extremadura se entienden más que bien. Ahí no hay ni intereses ni dinero de por medio. Y encima, le unen los mismos colores.

En Huesca hay una peña llamada Fenómenos Oscenses que aglutina a más de 300 personas. Invitaron a los 80 valientes de la Federación de Peñas que se habían pegado 800 kilómetros de madrugada para ver el partido. Les invitaron a comer en el restaurante El Cerro, donde compartieron cervezas, abrazos y cánticos. Con un respeto y una cordialidad casi impropia de los tiempos que corren para otros en el fútbol.

Vicente, socio de la peña Fenómenos Oscenses, decía que «para nosotros esto también es fútbol. Nos encanta conocer gente tan entrañable y atenta como los extremeños. Es una maravilla que sucedan estas cosas», decía. Y, antes de irnos, espetó: «y venid el año que viene, si no subimos, que sigáis vosotros aquí», repicó.

Los aficionados azulgranas se sintieron en El Alcoraz, y en Huesca, como en su propia casa. Les ayudaron a disfrutar del día en todo momento y, la afición oscense, pese al enfado final por el resultado, se mostró agradecida por cómo se comportaron los valientes. Un ejemplo más de la cordialidad de una afición que sigue ganándose el cariño de toda España.

Con hambre

También se marchó muy feliz de El Alcoraz, Manuel Mosquera, el técnico del Extremadura. Feliz, pero con hambre de más. «Claro que hemos tenido la sensación de que nos hemos podido llevar la victoria. La clave ha estado en el penalti, ya que si nos hubiéramos puesto por delante teníamos muchas opciones de habernos llevado este partido. Pero hay que valorar como muy bueno este punto en Huesca».

A Manuel, los medios aragoneses le preguntaron sobre qué valorar del Extremadura. Y el gallego, enamorado de su filosofía de vida y de fútbol, sacó a relucir su expresión favorita. «Nosotros somos como el mar. Tenemos mareas bajas y altas, olas grandes y pequeñas. Pero siempre estamos ahí. Golpeando y golpeando. Y así vamos a seguir». Puro Extremadura.