Paul Gaffney le quita los zapatos a Cristina, una espectadora, y se los lanza a sus rivales ante la desesperación del árbitro. Acto seguido, Wilson machaca el aro rival tras un alley-hoop . El público se pone en pie y no para de aplaudir. Son los Harlem Globetrotters, que ayer dieron un extraordinario recital en Badajoz ante unos 2.500 espectadores que ocupaban la mitad del aforo de La Granadilla. El maravilloso espectáculo se repetirá hoy en Cáceres (21.00 horas, Multiusos, con entradas a la venta en Deportes Base).

El partido ante los New York Nationals es impredecible. Cada diez segundos sucede algo totalmente inesperado, mezclándose el baloncesto más extraordinario con el show cómico más divertido. El mate del martillo, un balón escondido de una camiseta que de repente aparece y acaba bajo el aro o un improvisado baile en el centro de la pista entre Alicia --despojada de su bolso-- y Gaffney son algunos de los gags de estos magos del baloncesto.

Los niños juegan un papel estelar en la velada, saliendo en cualquier momento a la pista para ayudar a la pista a los ídolos para la victoria. Está claro qué equipo es el mejor y el resultado es lo de menos. Lo importante es hacer disfrutar a un público que presta mucha atención a cada movimiento y que sale satisfecho al máximo.

Al final, todo aquel que lo desea puede conocer a los jugadores, que firmaron autógrafos a diestro y siniestro. 17 años después de su primera visita a la capital pacense, los Globetrotters volvieron a conquistar a Badajoz.