Curioso caso el de Luis Miguel Alvarez Calvo, más conocido por todos en el mundillo futbolístico por Luismi, ya que ejerce de capitán de la Unión Polideportiva Plasencia --es su máximo goleador y el auténtico terror de los porteros contrarios con lleva 13 goles anotados en 18 partidos jugados-- y además desde el pasado 12 de noviembre lo compagina con la labor de ser entrenador del equipo de División de Honor Juvenil con unos resultados tremendamente positivos.

Luismi se hizo cargo del juvenil tras la destitución de Domingo Terrón, que tras 10 jornadas disputadas no consiguió una sola victoria (sumó tres puntos de los 30 posibles en tres empates). El nuevo entrenador consiguió darle un giro espectacular a la situación y en las seis jornadas que acumula como técnico ha alcanzado cinco victorias. Su única derrota se produjo en San Fernando de Henares. Empató con nueve jugadores a dos tantos, pero cayó en la prolongación ya con ocho (tres expulsados) por 3-2.

Ha sido además capaz de vencer en las dos últimas jornadas a dos gallitos , Real Valladolid y Rayo Vallecano.

¿Cual es el secreto de esta revolución? Habla el protagonista. "No hay más secreto que el trabajo y el compromiso que todos ellos adquirieron conmigo. Están confiando en mí y yo en ellos y nos hemos demostrado que podemos. Ahora, eso sí, nosotros tenemos que dar el 120% en cada partido".

Planificación perfecta

Para los juveniles su entrenador es además un auténtico referente en el club, un espejo donde mirarse. Luismi reconoce que permaneció en la UPP a pesar de "tener ofertas superiores". No se queda con solo una de sus facetas: "me he planificado de tal manera que en cuanto acaba el partido del juvenil, ya estoy pensando en el de Tercera. La alegría de ganar un sábado con el División de Honor no me la quita nadie, pero la sensación de marcar un gol y que gane tu equipo... ¡cuidado!, esa es tremenda. Me da miedo pensar en que algún día lo dejaré".

Aparte de entrenar y jugar, además gestiona, ya que es, junto con Rubén Hernández, el director de la Escuela de la UP Plasencia, donde hay inscritos más de 380 jugadores, pero es la opción que ha elegido y sabe repartirse su tiempo.

Es tan exigente consigo mismo como con sus pupilos. "La División de Honor es dura. Tenemos capacidad para salvar la categoría, lo estamos demostrando, pero sin ningún tipo de confianzas, ganar estos cinco partidos no ha sido nada fácil", apunta. Cree además que el equipo va a más: "el partido contra el Rayo fue el mejor tácticamente defensivo hablando, el trabajo fue encomiable. Ese es el camino". Y advierte que cualquiera de sus chicos puede llegar a cotas mayores, ya que "ahora hay más oportunidades, les ven ojeadores, representantes, hay más contactos. Aparte de suerte, lo que no puede faltar es trabajo y sacrificio".

Optimismo y cautela

Respecto a su faceta de jugador, sostiene que "la plantilla es corta y con sanciones o lesiones tendremos problemas, aunque creo que no pasaremos apuros. Se habla de que el Ciudad de Plasencia tiene una plantilla joven, pero la nuestra también lo es. Quitando a los cinco que estamos de siempre Borrallo, Berto, Gilarte, Sergio y él quizás esa experiencia es la que nos diferencie".

Un Ciudad al que curiosamente vencieron el derbi de la última jornada (1-2) con los dos tantos de Luismi. "Me sabe mal la situación del Ciudad colista --reconoce--, porque muchos jugaron aquí y le tengo mucho aprecio a Barbero".

No se plantea pensar en su retirada como jugador a sus 32 años, pero tiene claro que su futuro pasará por los banquillos. Señala que "ahora es complicado en estas categorías vivir del fútbol. Aquí le damos más de ocho horas todos los días".

No se esconde Luismi a la hora de elegir prioridades: "entre de salvar la categoría de los juveniles o que el Tercera se meta entre los cuatro primeros, sin duda elijo lo primero". Pero no quiere mojarse entre salvar a uno de ellos: "estoy tan metido que no puedo elegir a uno".

El próximo compromiso como técnico será en Valdebebas ante el líder, el Real Madrid. "Algunos dicen que vamos a disfrutar, pero yo solo disfruto cuando gano, y a pesar que soy madridista, ese día vamos a ir a por ellos". Todo un carácter, todo pasión, todo ilusión, el capitán unionista lleva camino de convertirse una leyenda.