Tom Tom Juan . Así llaman cariñosamente a Juan Sanguino, capitán del Cáceres 2016, sus compañeros. "Soy una especie de consejero turístico", asegura el pívot, que explica que junto a Chema Gómez, también cacereño, tiene confeccionada una guía gastronómica para aconsejar al resto de miembros de la plantilla dónde pueden ir a comer. Bromas aparte, esta anécdota del que es capitán del equipo por cuarta temporada consecutiva es buena señal del gran ambiente que se respira en el vestuario. "Somos una piña", reconoce, sin ocultar que esa puede ser una de las claves del gran arranque del equipo en la Liga LEB Oro: seis victorias en siete partidos.

Mañana buscará junto al resto del equipo el séptimo triunfo en Alcázar de San Juan (20.45 horas), "un partido trampa", como lo denomina Sanguino. "Es un equipo que acaba de ascender, pero también lo eran Huesca o Navarra y mira los apuros que pasamos. Creo que en esta categoría no hay ningún rival fácil", matiza, "nadie es farolillo rojo ".

El sueño de Sanguino

El capitán del Cáceres no ha jugado mucho esta temporada. Poco más de 32 minutos en siete jornadas, pero no le importa. O sí, pues seguro que le gustaría jugar más. Pero reconoce que está "contento con su aportación. Gustavo Aranzana habló conmigo y yo estoy muy satisfecho con mi rol en el equipo. Juego poco, pero cuando entro lo doy todo, nunca tiro la toalla". Y el público, su público, lo sabe. Por eso, cada vez que entra en la cancha lo hace acompañado de una ovación. Son muchos años vinculado al equipo (su primera aparición con el extinto Cáceres CB fue con 16 años y ahora tiene 30) y la gente se lo agradece.

Su "amor" por este equipo es tanto que cada día sueña con el ascenso a la ACB, aún sabiendo que él ya no tendría sitio en esa categoría. "Prefiero sacrificarme", reconoce, "buscaría dónde jugar, porque eso sí, lo de retirarme ni me lo he planteado, aún soy muy joven".

También explica que ascender siendo él capitán sería "algo increíble", aunque no quiere demasiada euforia ("la liga es muy larga y aún pueden pasar muchas cosas"). Sanguino, que añade "que estar en este equipo es un privilegio", prefiere hacer como todos los entrenadores, que dicen que hay que ir partido a partido, pasito a pasito, y la próxima zancada es mañana ante el Alcázar.