El adiós de Isabel Fernández, anunciado por sorpresa el pasado jueves en una rueda de prensa que daba en calidad de concejala de Deportes del Ayuntamiento de Alicante, no es uno más en el deporte español. Es el final a 16 años de tozuda presencia en la élite del judo mundial y a un ejemplo sobre los tatamis. La alicantina, que está a punto de cumplir 37 años, se ha ido porque, según dijo, "un podio más o menos" no iba a cambiar lo que ya ha hecho, que ha sido historia.

Es una de las pocas campeonas olímpicas de las que puede presumir el deporte español y la primera abanderada mujer --a excepción de miembros de la Casa Real-- que tuvo el equipo olímpico, en Atenas-2004, cuatro años después de ganar el oro en Sídney y ocho después del bronce en Atlanta. La tenaz luchadora alicantina ha rozado la veintena de medallas en Juegos, Mundiales y Europeos y se va de la alta competición tras haber logrado la llamada triple corona, ya que fue campeona olímpica, mundial y de Europa.

En su decisión no ha tenido nada que ver su marido y entrenador en el Judo Club Alicante, Javier Alonso.

Política y madre

"He sido yo la que he tomado la decisión porque sé que mi carrera tenía que llegar a su final", asegura la supercampeona. Después de media vida sobre el tatami, ahora Isabel solo seguirá entrenándose como hobby y se dedicará a sus otras pasiones: la enseñanza de su deporte en el club que regenta con su marido, el proyecto de judo con niños autistas que lleva su nombre y su trabajo en la concejalía de Deportes de Alicante, a la que accedió en la lista del PP en las elecciones municipales del 2007.

"Sabía que me quedaba muy poquito, un año como mucho, y estas Navidades decidí que ya era suficiente. No es que no pudiera hacer un buen papel en el Mundial, no había ningún indicio negativo, pero ya he hecho todo lo que tenía que hacer, ya tengo una edad y esta etapa está acabada. Es bueno retirarse a tiempo y no arrastrarse", explicó a EL PERIODICO la judoca alicantina. El proyecto de ser madre --"Entra dentro de mis planes, claro"-- y el tiempo que debe dedicar a la gestión política del ayuntamiento son otros factores que le han hecho decidir colgar el quimono.