La Federación Española de Fútbol (RFEF) no se da por enterada de la ácida controversia que ha provocado su decisión de mandar a La Roja --que ayer presentó su equipación para Brasil 2014, totalmente roja-- a disputar el sábado que viene en Malabo un amistoso contra Guinea Ecuatorial, donde el respeto a los derechos humanos por parte del régimen de Teodoro Obiang es nulo. Después de la petición realizada por IU, UPyD, PNV y ERC para que el Gobierno de Mariano Rajoy realice un boicot institucional para no avalar la dictadura de Obiang, ayer la Asociación Pro Derechos Humanos de España exigió la suspensión del encuentro. Amnistía Internacional, por su parte, denunció el oscuro historial de restricción de libertades en el régimen guineano, en la línea de lo manifestado por la Coalición de los Pueblos y Ciudadanos de Guinea Ecuatorial (CEIBA), que subrayó que el encuentro "servirá para refrendar, validar, legitimar y lavar el rostro de una dictadura brutal, cruel y sanguinaria".

Mientras tanto, la selección española inició su concentración cara al partido el sábado y el del martes siguiente en Johannesburgo contra Suráfrica con una visita al teatro Compac, en la Gran Vía madrileña, para presentar la equipación con la que defenderán su título mundial en Brasil 2014. Allí, los representantes federativos presentes declinaron pronunciarse sobre la polémica provocada por la decisión de viajar a Malabo. Solo uno tuvo algo que decir, aunque con la condición de no revelar su nombre. "Esto es cosa de los políticos. Anda que no hemos ido a sitios incluso peores que Guinea en esto de los derechos humanos. Sin ir más lejos, hace nada estuvimos en Qatar y no se dijo nada ni pasó nada", dijo la fuente federativa. Se refería al amistoso jugado por España contra Uruguay a principios del pasado febrero.

UTILIZACION Entonces hubo al menos dinero que ganar porque la RFEF ingresó unos 3 millones de euros. En esta ocasión, el bolo le sale gratis a la federación guineana después de las tentativas fallidas de jugar el amistoso en Dubai, Gabón y Angola. "Vamos gratis para ayudar al fútbol base de Guinea", declaró el viernes pasado Jorge Pérez, secretario general de la RFEF, que ha confirmado que los jugadores no participarán en ningún acto oficial en el que puedan ser fotografiados con Obiang. Se trata de evitar la posible utilización política que el gobierno guineano pueda hacer de las imágenes.

Para evitar cualquier tentación de ese tipo, la Asociación Pro Derechos Humanos de España exigió la suspensión sin más del partido en una carta al presidente de la Federación Española de Fútbol, Angel María Villar. "Debo recordarle que el gobierno de Guinea Ecuatorial se ha caracterizado y se caracteriza por un desprecio total de los derechos humanos y por la vulneración sistemática de los mismos... La RFEF, aceptando celebrar un partido en Malabo, se convierte internacionalmente, quiera o no, en valedora del régimen descrito y ello resulta inaceptable", se dice en el escrito.