Luis Aragonés ha dotado de un nuevo contenido al concepto de dimisión. El seleccionador de fútbol dimite, pero se queda en el cargo. Por segunda vez desde que España fue eliminada del Mundial, el técnico madrileño presentó la renuncia y por segunda vez decidió horas después dejar sin efecto su decisión después de que la Federación Española de Fútbol (RFEF) no considerase conveniente prescindir de sus servicios, pese a la mayoritaria presión exterior.

Ayer por la mañana, Aragonés se reunió por fin con Angel María Villar, presidente de la federación, y con el secretario general, Jorge Pérez. Después de meditarlo durante el fin de semana, les presentó la dimisión, que no fue aceptada. "La federación tiene plena confianza en él y no hay motivo de alarma para aceptar que se marche", comunicó a los periodistas Jorge Carretero, portavoz de la directiva del organismo federativo.

Que no era un paso irrevocable quedó claro con el plazo de 48 horas que el propio Aragonés se marcó para comunicar su decisión definitiva. "He venido y he presentado mi dimisión, que es lo que vosotros queríais. Ahora hay unas connotaciones que, si se cumplen, pues podré seguir", declaró el seleccionador tras el encuentro con Villar.

ULTIMATUM Más que dimitir lo que hizo Aragonés fue dar un ultimátum a los responsables de la RFEF, que ni tienen dinero para despedirle ni han considerado que sea el momento oportuno para un relevo. El plazo sigue vigente hasta el 7 de octubre, fecha del partido de la fase de clasificación para la Eurocopa del 2008 contra Suecia.

Cuando todo el mundo daba por hecho que Aragonés no agotaría el paréntesis marcado para despedirse definitivamente, el técnico, con 68 años cumplidos, descolgó el teléfono para llamar a Villar y comunicarle que sigue. Eran poco más de las seis de la tarde y en la federación dejaron de darle vueltas, momentáneamente, a la figura del posible recambio. Miguel Angel Lotina y Vicente del Bosque, por ese orden, eran los mejor colocados.

"Yo me iba a cambio de nada, pero tengo una gente que está a mi lado y hay que meditar sobre todo esto. Eso y otras cosas. He dicho que me voy y la federación me ha dicho que no, incluso con cabreo por su parte. ¿Qué quiere que haga yo", declaró Luis Aragonés a Radio Marca con esa pregunta tan poco retórica. Añadió el técnico que no tiene conciencia de que la opinión pública no esté con él: "Yo no palpo eso. Es posible en un momento en que se ha perdido con una selección menor, pero yo sé cómo se hacen las encuestas", manifestó el sabio de Hortaleza

INDISCIPLINA El seleccionador ha exigido la creación de la figura del presidente de expedición, que será el encargado de vigilar el cumplimiento de un código de conducta para atajar actos de indisciplina como los que cometieron Raúl y Cañizares durante la concentración en Kamen. En cuanto al capitán del Madrid, apuntó que no tiene la convocatoria asegurada. "No puedo decir si va a estar o no contra Suecia, depende de él. Si considero que es el mejor, estará, independientemente de que haya buen feeling o no", afirmó Aragonés. Varios internacionales --Puyol, Casillas, Joaquín y Pablo-- apoyaron ayer públicamente al seleccionador y se pronunciaron en favor de su continuidad.

En el horizonte, el partido ante Suecia, pero se adivinan nuevos capítulos sobre el conflicto con Luis Aragonés. El eterno conflicto de la selección española, éste quien esté.