A los fans de Orlando el nombre del equipo les da juego. Creen en los Magic, creen en la magia. Y en la noche del martes, el truco salió a la perfección. Su victoria 108-104 coloca la serie final 2-1, evitando que los Lakers se pusieran a un solo paso del anillo con un 3-0 que nunca nadie ha remontado en la final.

Y el equipo dirigido por Stan Van Gundy batió récords. Uno, propio de la franquicia, que nunca se había apuntado una victoria en sus seis apariciones en la final de los play off. Otra, en la historia de esas finales, con un porcentaje de acierto en los tiros de campo en la primera mitad del 75% (el total tampoco estuvo nada mal y acabó en el 62,5%).

Próxima cita, la madrugada del viernes

De poco sirvieron a los Lakers los 23 puntos de Pau Gasol en el Amway Arena, donde Lakers y Magic volverán a medirse el jueves (madrugada del viernes) y el domingo (madrugada del lunes).

O que en el último cuarto, a 2 minutos y 41 segundos del final, dos tiros libres del catalán igularon el marcador a 99 y acabaron definitivamente con una ventaja de los Magic que llegó a alcanzar los nueve puntos.

Ante cerca de 17.500 fans, los Magic no se amedrentaron pese al empujón final de los Lakers. Y lo que volvió a quedar en evidencia es que un buen o mal día de Kobe Bryant puede serlo todo en el equipo de Phil Jackson.

Enfado de Bryant

Si en la primera mitad del encuentro Bryant parecía ir a repetir una de sus gestas habituales en la cancha acumulando 21 puntos (17 de ellos en el primer cuarto), en la segunda parte su brillo se apagó. Acabó el partido con 31 puntos. Y enfadado.

Un total de 11 de sus 25 tiros pasaron por el aro en todo el encuentro. Y la cosa estuvo aún peor desde la línea de tiros libres: anotó solamente cinco de sus 10 intentos.

Entre los Magic, el máximo anotador fue Dwight Howard, que sumó 21 puntos, los mismos que Rashard Lewis. Y ayudaron mucho los 20 de Rafer Alston y los 18 de Hedo Turkoglu.