El Extremadura es el peor equipo como local de toda la Segunda División. Y el dato no pasa desapercibido para nadie. Menos aún para Manuel Mosquera, un entrenador que ya se encontró una situación prácticamente idéntica a la actual cuando llegó a Almendralejo a finales de febrero del año pasado. Nada más llegar, habló de convertir el Francisco de la Hera en un fortín de puntos. Lo consiguió. Ayer, en una situación prácticamente igual, lo dejó muy claro: «Hacerse fuertes en casa suena a tópico, pero ahora tenemos que insistir en ello. Tenemos que pensar que en casa hay que ganar siempre. O, al menos, no perder nunca. Cada partido es un peldaño para construir un fortín en el Francisco de la Hera».

Pero, ¿qué le pasa al equipo cuando juega en casa? Hay quienes achacan estos malos resultados al hecho de jugar con presión. Otros consideran que el Extremadura está más preparado para hacer daño cuando da el balón al contrario y presiona arriba, algo que sucede menos en casa. Lo cierto es que los resultados no acompañan en Almendralejo, donde el Extremadura tiene siete partidos vitales para soñar con la permanencia, varios de ellos ante rivales muy directos como Racing de Santander, Albacete o Real Oviedo.

Zarfino, KO / Manuel confirmó ayer la baja de Gio Zarfino para recibir mañana al Mirandés. El uruguayo tiene un edema óseo en el tobillo que le obliga a parar dos semanas, por lo que también parece difícil su concurso en el siguiente envite fuera de casa ante el Huesca. Más opciones tiene de entrar en la convocatoria Kike Márquez, aunque nunca para ser titular. Airam Cabrera está descartado.

Sobre las bajas de Ale Díez y Lomotey, Manuel dijo que «lo más importante es que cuando cambies de jugadores no se cambien mucho de posiciones. Hay soluciones para ello». El técnico gallego también habló muy bien del Mirandés, del que dijo que «es un equipo similar a nosotros. Presionan arriba, defienden bien corriendo a las espaldas y se agarran a los partidos. Desconozco cómo les afectará jugar tantos partidos en poco tiempo».