El Extremadura y Almendralejo volverán a pasear sus nombres por el fútbol profesional la próxima temporada. Con dos partidos todavía por delante, el Extremadura firmó una heroica permanencia que ha ido fraguando a base de humildad, constancia, coraje y esa fe infinita que nunca abandonan los de Almendralejo. Bastaba un punto, que era la vida, y ese punto se logró con un empate sufrido ante un Lugo que vendió caro el empate, pero que terminó conservándolo ante la furia azulgrana. Una salvación que pone la guinda a otra temporada de ensueño de un Extremadura que no ha parado de sonreír en los últimos cuatro años, saltando barreras sin cesar, derribando complejos y demostrando a Extremadura y España que, con corazón y alma, uno es capaz de cualquier cosa.

El Extremadura se ha salvado gracias a una fe inquebrantable, a unos jugadores capaces de rehacerse en los peores momentos de la temporada, a Manuel, un director de orquesta que ha fusionado la coherencia con las emociones, demostrando que se puede pensar con el corazón y la cabeza al mismo tiempo; y, sobre todo, a una afición única e irrepetible que ayer volvió a llenar hasta la bandera el Francisco de la Hera. Una grada absolutamente entregada a su equipo, demostrando también que sólo así, con unidad, se puede llegar lejos.

Sobre el césped, el partido tuvo poca historia y sí mucha tensión. El Extremadura saltó al campo dominando y acercándose al marco de Juan Carlos, pero titubeaba cuando el Lugo le hacía cosquillas a la contra.

MÁXIMA TENSIÓN HASTA el final / Fue del Extremadura la primera gran ocasión en una bonita maniobra de Perea que culminó con un zapatazo al palo corto de Juan Carlos. Lo volvió a intentar Ortuño, que no llega por centímetros a un balón bombeado de Alex Díez. Y tuvo también la suya Kike Márquez con otro remate forzado que detuvo Juan Carlos sin problemas.

El Lugo esperó veinte minutos y después se abalanzó sobre el marco de Casto. El portero extremeño, otra vez de los mejores de los azulgranas, tuvo que salvar a los suyos con un paradón a disparo de Escriche. Más tarde, estuvo bien colocado a un remate de Carlos Pita a la salida de un córner. Y antes del descanso, otro chupinazo de Cristian Herrera le obligó a lucirse para salvaguardar al Extremadura.

En la segunda parte, el ambiente y la tensión subieron de revoluciones. Ambos equipos atacaban, pero lo hacían con más cautela. El Extremadura sabía que el empate encendía la fiesta en el Francisco de la Hera. El Lugo, que fue atrevido, también sabía que el empate le dejaba a un triunfo de la salvación matemática con dos jornadas por delante. Con ese escenario, las ocasiones se sucedieron, pero con mucho acercamiento y poco peligro.

Los últimos diez minutos fueron de infarto. El reloj no corría, pero tampoco los equipos se achuchaban. Sólo el descuento dejó entre ver que aquello estaba destinado al empate. Entonces, el Francisco de la Hera se levantó de sus asientos y empezó a vibrar. Y así fue como el Extremadura se salvó, demostrando por qué es el equipo de los valientes.

EXTREMADURA0

LUGO0

3Árbitro: Oscón Arráiz (La Rioja). Amonestó con amarilla a los visitantes Pita, Ruiz y Sergio Gil.

3Estadio: Francisco de la Hera.

3Espectadores: 11.580.

3Extremadura: Casto; Alex Díez, Pardo, Granero, Bastos, Tienza, Olabe, Lolo González, Kike Márquez, Perea (Nando, min. 66; Pomares, min. 75), Ortuño (Willy, min. 89).

3Lugo: Juan Carlos; Campadabal, Vieira, Aburjania (Tete, min. 83), Luis Ruiz, Seoane, Pita, Iriome (Lazo, min. 72), Sergio Gil, Escriche (Martínez, min. 67), Herrera.