Toda la expedición del Mérida, excepto cinco miembros, sufrió vómitos y diarreas antes y después del partido del domingo en Marbella, que terminó 3-2. El equipo que se alojó en un hotel de Algeciras el sábado por la noche, achaca los problemas gástricos a algo que han tomado durante la estancia.

Lo cierto es que hubo una serie de jugadores al que se les notaba muy cansados con el paso del partido en la segunda mitad, también afectados por la humedad y la temperatura a la que se estaba jugando. A pesar del gol de Miguel Ángel Espinar a falta de cinco minutos que daba emoción al partido, al cuadro romano le faltó brío en los minutos finales para conseguir el empate.