La selección española cerró los Europeos en pista cubierta de Birmingham con una de sus tradicionales y recordadas jornadas de éxito en ese tipo de competiciones y con la propina de algún retazo histórico. Hace cinco años, en Viena, una tarde similar a la de ayer elevó el botín de medallas del equipo a 10, un récord en un Euroindoor que solo perduró hasta que, tres años después, en Madrid, otro arreón parecido situó el techo de medallas en 12.

Ayer, en el espacio de apenas tres horas, el equipo español arrambló con seis medallas y se situó entre los países punteros (el quinto, tras Gran Bretaña, Italia, Suecia y Rusia) en el atletismo invernal, con nueve podios en total. Jackson Quiñónez, bronce el viernes el 60 vallas, y Concha Montaner (plata en longitud) y Jesús España (bronce en 3.000), el sábado, habían abierto el camino.

Imagen histórica Pero nada comparable a lo que sucedió ayer en el National Indoor Arena de la segunda ciudad inglesa, porque ahí quedó grabada de nuevo otra imagen para la posteridad. Una fotografía que se ha visto muy pocas veces, ese retazo de historia de la que se hablará. Juan Carlos Higuero, Sergio Gallardo y Arturo Casado fueron los protagonistas de la instantánea, al copar el podio en la final de 1.500 metros, la distancia más emblemática del atletismo español. Los 1.500 han dado un total de 16 medallas en los Europeos en pista cubierta disputados desde 1970, pero en ninguna carrera los tres metales había sido para los españoles.

Higuero, en una carrera perfecta, que controló de principio a fin desde el primer puesto, logró la medalla que le faltaba, el oro, al aguantar perfectamente el último acoso de Sergio Gallardo, el atleta leonés que acudió a Birmingham con la mejor marca europea del año y que consiguió, a su vez, su primera gran medalla, una plata.

Desde atrás, corriendo peor, liándose a empujones con algunos de sus rivales, emergió sin embargo el madrileño Arturo Casado para hacerse con el bronce, completando un triple que solo tenía dos precedentes.

Primer oro de higuero La primera gran foto de tres medallistas simultáneos fue en los Europeos al aire libre de Helsinki, en 1994, con aquel final del maratón en el que Martín Fiz y Diego García, arrodillados en la pista, celebraban la entrada de Alberto Juzdado. El segundo triple histórico se produjo en los Europeos en pista cubierta de Viena del 2002, con Alberto García, Antonio Jiménez Pentinel y Jesús España dominando la final de 3.000 como ayer hicieron Higuero, Gallardo y Casado con la de 1.500 metros.

"¡Por fin he ganado el oro que buscaba desde hace mucho tiempo!", exclamó el nuevo campeón, un experto en desperdiciar ocasiones --al principio de su carrera-- y en ocupar luego puestos del podio más bajos, como el año pasado en el Europeo al aire libre de Gotemburgo, donde logró dos medallas de bronce, en 1.500 y 5.000 metros. La victoria le dio a Higuero la moral que necesitaba. "Todavía voy a más. Llevo unos años muy buenos y creo que va a haber Higuero para tres o cuatro años más", aseguró el mediofondista de Aranda de Duero. "En el Mundial al aire libre el próximo mes de agosto en Osaka está todo abierto, pero voy a optar a todo. He nacido para intentar ser el mejor del mundo".

Otros tres podios Los compañeros de Higuero en el podio valoraron el hecho histórico de copar las tres medallas. "Esta vez no se nos ha quedado mellado el diente cuando hemos intentado morder", aseguró Gallardo.

Arturo Casado explicó las dificultades que había tenido para superar al francés Abdelkader Bajtache y al irlandés James Nolan antes de poder acceder al tercer lugar, pero estaba contento. "Objetivo cumplido: he sacado una medalla y hemos conseguido un triplete español en la prueba reina del mediofondo. No se puede pedir más".

Las tres medallas del 1.500 fueron el colofón a una jornada triunfal en la que el equipo español logró tres metales más. Uno, esperado, ya que Marta Domínguez suele ser un seguro, incluso cuando no llega en su mejor forma. Arañó la plata en los 3.000 metros por detrás de la polaca Lidia Chojeca, ganadora ya el sábado del 1.500. "Yo soy una garantía de luchadora, de sufrir al máximo y de darlo todo. Eso sí puedo asegurarlo", dijo la palentina, que ya lleva 11 medallas entre los campeonatos de invierno y verano.

Quesada y marco Las otras dos medallas llegaron de la mano de dos atletas poco habituales en el podio: el catalán Miguel Quesada, que se estrenó con una plata en unos 800 metros que corrió de una forma modélica, y la riojana Carlota Castrejana, que a los 33 años estrenó título en triple salto con un nuevo récord de España absoluto: 14,64 metros.

Quesada siguió la estela del gran favorito, el holandés Arnoud Okken, desde el pistoletazo de salida, y no abandonó nunca la segunda posición, aunque en la recta final lo intentó, acosando el campeón. Por detrás, Luis Alberto Marco, un sevillano de 20 años que ha sido la revelación española en este Europeo, progresó de forma espectacular hasta empatar con el tercero, el italiano Maurizio Bobbato, en 1.48.71. Una milésima le dejó fuera.