El ruso Denis Menchov demostró su condición de líder sólido al imponerse en un esprint reducido de ocho corredores en la etapa reina de la Vuelta disputada a través de 214 kilómetros entre Benasque y Arcalís, en Andorra, en la que se mantuvieron las diferencias en la general, con Carlos Sastre como primer español en la cuarta plaza.

Menchov, un ruso-navarro de 29 años afincado en Mutilva, cerca de Pamplona, se acercó un poco más a su segundo triunfo en la Vuelta, en esta ocasión con una victoria a los puntos, no por K.O, ante sus rivales directos, a los que superó con comodidad al esprint con un tiempo de 5h.47.02, en la cima de Arcalís, techo de la presente edición a 2.200 metros de altitud. El maillot oro debía tener mucha confianza en sus fuerzas para apuntarse la etapa. A 100 metros de la línea de meta se subió la cremallera del maillot, luego aceleró y victoria al bolsillo. Se puso elegante para recibir en su palmarés la cuarta etapa en la Vuelta, la que le reafirmó como indiscutible jefe del pelotón.

CALENTITO Sastre, que se dejó el alma en la subida a Arcalís, llegó calentito a meta y cargó contra el italiano Leonardo Piepoli, quien ayudó a Menchov en la subida, tal vez para pagarle algún favor por la etapa que le dejó ganar el líder en Cerler. "Ha sido una verguenza y es penoso lo que ha hecho Piepoli, algo que deja mucho que desear".

La etapa reina no rompió ningún molde. Ni un segundo de diferencia entre los grandes, a pesar de los cuatro puertos de la etapa tipo Tour de la presente edición. Menchov dio un golpe moral y dejó claro que se irá a la jornada de descanso con derecho a soñar con su segunda Vuelta, la primera obtenida en la carretera, ya que la de 2005 llegó por la descalificación posterior de Roberto Heras.

La etapa más esperada de la Vuelta empezó a moverse en el ascenso al Col de Fadas (2a), primera de las cuatro dificultades de la etapa, donde se formó una escapada en la que se metieron 18 corredores, entre ellos nombres de postín como los italianos Paolo Bettini, Damiano Cunego y Gómez Marchante.

Un colectivo que fueron abriendo la carrera por las cumbres del Puerto de la Cruz (2) y el Alto del Cantó (1), antes de sucumbir en las primeras rampas de Arcalís, donde el pelotón, con el CSC al frente echó abajo la fuga. Sastre quería salir por la puerta grande y lo intentó. Puso a tirar a Iñigo Cuesta y se produjo la primera selección, con los gallos en escena. Con Piepoli marcando el ritmo a Menchov atacó Beltrán y alcanzó a los últimos fugados, Turpin y Van Goolen. El jiennense del Liquigas estaba animado para darse un festín en la cima andorrana, pero un salto de Piepoli le calmó el ímpetu. Sastre había disimulado un desfallecimiento para comprobar el detalle del italiano del Saunier al líder, y no tuvo duda de la maniobra.

Espoleado y herido en su amor propio, Sastre atacó hasta en tres ocasiones. No hubo manera de descolgar a nadie. La última a falta de 2 kilómetros, sin resultado. Entonces apareció desde atrás Igor Antón con un ataque a 1000 metros de meta que obligó a esforzarse al líder y acompañantes. Se preparó el esprint entre los ocho principales de la Vuelta. Menchov arrancó y ganó con la facilidad que puede ganar esta Vuelta como siga por este camino. El del triunfo.

Hoy el pelotón tendrá su primera jornada de descanso. Habrá, eso sí, un largo traslado hasta Oropesa del Mar (Castellón).