Simona Halep se quejaba de que le faltó «coraje» y «valentía». Todo lo que le sobró a Garbiñe Muguruza para derrotarla por 7-6 (8-6) y 7-5 y alcanzar por primera vez la final del Abierto de Australia, después de dos años desaparecida en la lucha por los grandes títulos.

Campeona de Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017), además de finalista también en Londres en el 2015, la hispanovenezolana, de 26 años y actualmente 32 mundial, jugará su cuarta final de Grand Slam ante la desconocida Sofia Kenin, una estadounidense de 21 años, que ha dado la sorpresa al eliminar a Ashleigh Barty, número 1 mundial, también por 7-6 (8-6) y 7-5.

Muguruza, que había entrado en una crisis de juego de la que no encontraba forma de salir, ha renacido con su mejor tenis para deshacerse de Halep, tres del mundo y campeona de Wimbledon, en una semifinal jugada bajo un calor abrasador, a 38 grados, que obligó a suspender la jornada en las pistas exteriores de Melbourne Park.

Agresiva, paciente, a tope de motivación y un juego resolutivo (10 aces y 71% de primeros servicios, además de 39 golpes ganadores) Muguruza se impuso a Halep remontando situaciones muy complicadas. Así ganó un primer set en el que, después de adelantarse 5-3, Halep forzó el tie break y tuvo cuatro puntos de set para decidirlo a su favor. Y un segundo en el que la tenista rumana tomó ventaja para colocarse 5-4 y el saque en su poder, para forzar una tercera manga.

MENTALIZADA / Muguruza aguantó como pocas veces. Parecía imbuida del espíritu de Nadal. Aguantó el cuerpo a cuerpo con Halep, estuvo decidida en la red y valiente con tiros ganadores, pero sobre todo con una mentalidad irreconocible. «Salí mentalizada a luchar por cada punto y pelear todo el rato, sin miedo, presionándola», explicaba tras su victoria.

«Estoy orgullosa de cómo ha peleado. Halep era una durísima rival», decía contenta Conchita Martínez que vuelve a entrenar a Muguruza, después de que a final de temporada rompiera con su anterior entrenador Sam Sumyk. La excampeona de Wimbledon en 1994 y última finalista española en Australia en 1998, ya la ayudó durante unos meses cuando la hispanovenezolana conquistó Wimbledon.

Muguruza ha ido de menos a más en el torneo y tras superar un virus gripal que a punto estuvo de obligarla a retirarse, se ha mostrado en Melbourne motivada y preparada para el reto de volver al máximo nivel.

En la final de mañana saldrá como favorita ante Sofia Kenin, una desconocida por el gran público, 21 años y 15ª del mundo, nacida en Moscú pero formada y nacionalizada en Estados Unidos.