España podrá contar en los Europeos de natación de Budapest con su único plusmarquista mundial vigente. Rafa Muñoz esquivó ayer la sanción que se cernía sobre él por no haber informado en tres ocasiones sobre su paradero para ser sometido a un posible control antidopaje. La federación española (RFEN) alegó un cuadro depresivo del deportista cordobés y la federación internacional (FINA) accedió a no tener en cuenta una de esas tres faltas.

"Se ha hecho justicia", dijo ayer Muñoz tras conocer el dictamen de la FINA, que podía haberle impuesto hasta dos años de suspensión, lo que le habría privado de nadar en los Europeos --a los que llega con la mejor marca continental del año en 50 mariposa--, los Mundiales del próximo año, en Shanghái, y hasta los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

FORMULARIO POR INTERNET El pecado de Muñoz se llama ADAMS, las iniciales de un protocolo puesto en marcha por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) cuyo fin es tener localizados en todo momento a los deportistas de élite y así poder realizar controles sorpresa fuera de competición. Cada 90 días, deben rellenar por internet un formulario especificando la dirección donde podrán ser encontrados. Si un comisario --un vampiro en la jerga-- se presenta y el deportista no está, cuenta como una falta; la tercera falta tiene la misma consideración que un positivo.

Muñoz ha tenido un año convulso. La perla de la natación española, un cordobés de solo 22 años muy apegado a su tierra, tuvo que marcharse a Marsella, como Aschwin Wildeboer, para rebajar espectacularmente sus marcas hasta alcanzar su cénit el año pasado. En abril batió el récord mundial de 50 metros mariposa (22.43 segundos) y en pleno verano, en el Mundial de Roma, logró dos bronces y puso en aprietos al mismísimo Michael Phelps en la prueba del hectómetro.

ALARMA EN EL CSD Lo que para otro deportista habría sido un acicate, para Muñoz resultó una pesada losa. Apenas celebró las medallas. Enfiló el camino a Córdoba para reunir a sus amigos y dar la vuelta a España en caravana. Aparcó los entrenamientos hasta el punto de activar las alarmas no solo en la RFEN, sino en el Consejo Superior de Deportes (Muñoz recibe unos 60.000 euros en becas ADO y similares), alarmado por los rumores de que se planteaba la retirada. "No soy ambicioso. No quiero darme cuenta a los 28 años de que he perdido muchas cosas por la natación", llegó a afirmar.