España está tranquila. Hay más nervios en la prensa que en el equipo. Y eso lo ha detectado Iñaki Sáez que al final del partido quiso mandar un mensaje de sosiego ante el sorteo del lunes para la repesca.

La selección y en especial sus pesos pesados no dudan en que estarán este verano en Portugal. ¿Por qué?. Por una cuestión fundamental para ellos: Los partidos de acceso serán en noviembre. Es un colectivo el español que mide al milímetro sus fuerzas, que se conoce al cien por cien. Es en este mes, antes de Navidades, cuando ellos se crecen, cuando caminan bien por la Liga. Si la eliminatoria llegara en junio, a más de uno le entraría ganas de salir corriendo.

Por eso, ahora mismo les da igual el rival. Iñaki Sáez sacó varias lecturas positivas. Una de ellas, que José Antonio Reyes no se arruga.

VOLVERA MORIENTES

La gran novedad para la repesca puede ser la vuelta de Fernando Morientes. No ha querido en Armenia Sáez forzar la máquina ni ser especialmente duro con Fernando Torres, que debe comenzar a remontar el vuelo con urgencia. Torres fue suplente y al que dio minutos fue a Luque. Pero Morientes, de mantener su racha en el Mónaco, va a volver. Es su nueve de toda la vida.

Sáez apostó de nuevo por el tándem de medios centros del Valencia: Baraja-Albelda. No anda especialmente trabajado tácticamente su equipo como para alinear a compartimentos estancos.

España estuvo con el pasaporte directo para la Eurocopa durante 62 minutos. El banquillo de Sáez miró de reojo cualquier incidencia en Grecia demasiado tiempo. Y llegó un momento en el que se hizo ilusiones.

Hay una corriente periodística que basada en los números y en la historia suele olvidar el aspecto puramente deportivo que envuelve a cualquier partido de fútbol. Y que desprecia todo lo desconocido. El fútbol se vive al día, al minuto. Y todo partido está abierto hasta el final mientras no se demuestre lo contrario. Y eso demostró Irlanda del Norte. Que no es nadie en el concierto europeo es obvio. Pero a menudo se olvida que alrededor de un partido trascendental, donde uno se lo juega a todo o nada se barajan un puñado de parámetros. Mentales y con nervios, los más decisivos.

Grecia se ha colado en esta Eurocopa de penalti. Con un tanto de Tsartas a los 69 minutos. Y gracias por supuesto a la amabilidad de un irlandés, de apellido Smith, que mandó al primer anfiteatro un fácil balón de gol en la recta final, que de haber marcado habría demostrado eso de que los milagros a veces existen.