Pablo Lastras es uno de los pocos corredores que puede presumir de haber conseguido triunfos de etapa en las tres grandes rondas: Tour, Vuelta y Giro. La especialidad de este veterano corredor de San Martín de Valdeiglesias (Madrid) son las fugas. Lastras, 35 años, toda la carrera en el conjunto de Eusebio Unzué en sus diversas denominaciones desde 1997 es de esos corredores que cuando marcan en rojo una etapa para escaparse no suele fallar. Y mucho tienen que trabajar por detrás para poderlo capturar.

Ayer, en el norte de Italia, camino de la pequeña localidad lombarda de Tirano, enganchada a la frontera suiza, Lastras encontró posición en la escapada que gozaba de cierta autorización por parte del Saxo Bank de Alberto Contador, indiscutible maglia rosa del Giro. Lastras se escapó porque quería homenajear a Xavi Tondo, su compañero fallecido el lunes en Granada. Se quedó a las puertas del éxito, al ocupar la segunda plaza de la etapa, que ganó Diego Ulissi.

El Giro, al menos hasta el sábado, ha entrado en esa fase común y propia de la tercera semana de carrera, algo que sucede también en el Tour y la Vuelta. Cuando hay un líder indiscutible, con la general amarrada, la pelea se centra en los primeros kilómetros en organizar una fuga, normalmente de varios corredores. A partir de entonces, la tranquilidad vuelve al pelotón y se intenta que los minutos de renta de los fugados no sean excesivos. Y así hasta la meta. "El Giro no está decidido. Todavía queda el equivalente en kilómetros a una prueba como la París-Niza", declaró ayer Contador. H