Hace siete años, David Ferrer (Jávea, 1982) estaba en el puesto 407º del mundo. Hoy se jugará una de las plazas de semifinales de la Copa Masters, que reúne a los ocho mejores. El caminoha sido duro y por momentos llegó a tener la tentación de colgar las raquetas porque "no era feliz". Cuando tenía 17 años, después de pasar por la federación catalana y la escuela de Ferrero, optó por volver a casa. Quería estar con los suyos: sus padres, Pilar y Jaime; su hermano Javier y su novia de toda la vida, Yolanda. Su suerte fue cruzarse en el camino con Javier Piles, su actual entrenador y pastor .

Se conocieron en Denia y, desde el primer momento, congeniaron. Javier Piles vio desde el principio algo especial en ese chico tímido, que camina en la pista mirando al suelo. "Empecé con David a los 17 años. Entonces él no se creía que podía llegar, pero viéndole jugar sabía que, con orden y disciplina, podría ayudarle porque tenía carácter, garra y creatividad en la pista. Tenía un gran talento y solo había que dirigirle". . Y, como dice en broma David Andrés, el preparador físico de Ferrer, convertirse "en el pastor de la oveja que es Ferrer". Ayudarle a creer en él. Piles explica el proceso. "Muchas veces, a esa edad, muchos chicos no ven claro su futuro, pero si aguantan, trabajan y tienen calidad como David, poco a poco las cosas cambian".Las semifinales de la Copa Masters están a la vista, pero para alcanzarlas solo vale la victoria. Y eso es lo que van a intentar hoy Rafael Nadal ante Novak Djokovic (10.00 horas, La 2) y después Ferrer ante Richard Gasquet (no antes de las 12.30 horas, La 2).

"Rafael sabe lo que tiene que hacer. Ganar y esperar, no nos queda otra solución"