El ciclista extremeño José Antonio Pecharromán (Paternina Costa Almería), vencedor de la 83 edición de la Volta a Catalunya, está en una nube. El cauriense reconoció que está viviendo una especie de sueño que comenzó hace unos días en la Bicicleta Vasca y que ha tenido su continuidad en la Volta a Catalunya.

"Estoy en una especie de nube, como se suele decir, pero con los pies en el suelo, pues he tenido que superar muchas miserias para lograr éxitos de esta índole que, generalmente, están reservados a los grandes del pelotón", dijo.

La victoria se la dedicó a su familia, especialmente a su padre, que falleció hace unos meses tras un derrame cerebral. "Es otro triunfo para él y para mi madre, que lo pasa muy mal cada vez que monto en bicicleta. Y, por supuesto, a mis compañeros de equipo, que han sido los culpables".

VALOR SIMILAR

Respecto a la valoración de qué triunfo, Bicicleta Vasca o Volta, tiene más valor, puntualizó: "Son igual de valiosas. Son carreras cortas de la máxima categoría, pero reconozco que la Volta me llena más, pues es una confirmación y también a nivel personal me sirve para comprobar que puedo estar a tope mucho tiempo".

Para Pecharromán los momentos claves de la prueba catalana fueron la tercera etapa con final en la estación andorrana de Encamp y la cronoescalada. "En la primera mi equipo hizo un sensacional trabajo y a punto estuve de rematar yo. Fue una especie de rampa lanzadera para el triunfo, pues Heras lo pasó mal. Me faltó ganar".

José Antonio Pecharromán nació el 16 de junio de 1978 en Coria, aunque desde los cuatro años reside en la villa ciudadrealeña de Daimiel. Debutó como profesional en el año 2000 con el Jazztel Costa Almería, actual Paternina.