La lluvia puso a prueba a los cuatro magníficos . Y se produjo, en efecto, la tormenta perfecta para los chicos de Honda, hundiendo en la miseria a los caballeros de Yamaha. Menudo ojo tuvo Lewis Hamilton anunciando que ganaría Valentino Rossi o Jorge Lorenzo. El Doctor acabó el 12+1 tras caerse y el gladiador debió de conformarse con la séptima plaza.

Fue la apoteosis de Dani Pedrosa, el primer repetidor de este apasionante curso, escoltado, muy cerquita (tercero), por su adversario y escudero, más lo uno que lo otro, Marc Márquez, que, en su debut en mojado, arrancó su cuarto podio en cuatro carreras como debutante.

La lluvia puso a prueba a los más grandes y, nada más cruzar todos ellos la línea de meta, emergió el sol, allá a lo lejos, en la recta de las 24 Horas, homenajeando a los supervivientes. Fue un sol muy francés, escaso, corto. Fue un sol de lo veréis pero no lo disfrutareis. De ahí que lo más grande ocurriera bajo el agua. En EEUU no se hubiese corrido. Aquí, estos chicos se visten de plástico y hacen las delicias de 80.000 motards con impermeable y paraguas.

CORRIENDO BAJO LA LLUVIA En esas condiciones, Pedrosa nadó a lo Michael Phelps, dando brazadas y patadas, convirtiendo su rueda trasera en una hélice y su tren delantero en el timón que le llevó, a veces, fuera de la pista ("me he salido dos veces de la trazada y por poco tengo que rezar para volver al asfalto"). Cuando había pateado diez veces la pared de la pileta de Le Mans, Dani dijo adiós y ganó a lo Pedrosa , en solitario.

Si Pedrosa fue Phelps y va camino del oro que lleva soñando desde que nació, Márquez se convirtió, sin comparación, sin estadística que lo cuestione, en el más grande rookie de la historia. En su cuarta carrera, en su primera experiencia sobre agua con motos de 260 caballos de potencia, el niño de oro se mantuvo en el podio. Cuatro de cuatro, amigos. Y sigue la leyenda. Márquez, que nació cachorro y en tres carreras se ha convertido en depredador, aprendió ayer, en solo 20 vueltas (las ocho últimas se dedicó a pasárselo en grande) a correr con la pericia de un tiburón. Y, menos a Pedrosa y un portentoso Cal Crutchlow, devoró todo lo que se le puso por delante. Marc fue una sirena que, de vez en cuando, emergía a la superficie para coger aire y seguir abriendo una estela en mitad del mar de Le Mans.

El agua, la tormenta, el sol, los empujones, la pasión que regresó al asfalto, acabó convirtiendo, de nuevo, a Márquez en protagonista del día, aunque el astro caliente, luminoso, amarillo, que brillaba entre las nubes francesa, señalase con sus rayos a Pedrosa, el nuevo líder, el escogido en este inicio de temporada para acabar cumpliendo, dicen, su gran sueño. Tanto que ayer, en Le Mans, Dani ganó donde no había ganado nunca en la categoría reina. Ganó donde su maestro, Alberto Puig, dejó de reinar, allá por el 1995, cuando se dañó llegando de ganar en Jérez y tuteando al mundo. "No, no he pensado en Alberto cuando me he subido a lo más alto del podio, pero sí he de reconocer que tenía muchas, muchas, ganas de triunfar aquí en MotoGP" .

ILUMINADOS POR EL SOL A Pedrosa, la lluvia le puso una alfombra de agua hasta el podio y el sol lo convirtió en reluciente ganador, pero los ojos del mundo volvieron a depositarse en Márquez. "Ya ves, Marc, cuatro adelantamientos y ninguna polémica, cuatro adelantamientos y todos límpios-.", le sugirió un periodista francés. Y Márquez, sin dejarle acabar la frase, o la pregunta, soltó sus dientes a pasear y, mostrando su sonrisa única, le interrumpió diciendo: "No siga, por ahí, amigo, no siga por ahí. Cuatro adelantamientos limpios, sí, ¿sabe por qué?, porque no era la última vuelta". Y hasta el sol, que entraba por la diminuta y carcelaria sala de prensa del viejo Le Mans, celebró el comentario del hombre que pasó noveno en la primera vuelta y se coronó bronce al final.

Mientras Rossi se caía (y se levantaba para acabar cual viejo centurión) y Lorenzo maldecía su mala suerte con el neumático trasero ("jamás me dirán si era defectuoso"), Pedrosa completaba 20 vueltas como líder, seis como segundo y dos como tercero. Y Márquez, a rebufo, honraba al cielo por enviar la lluvia y al sol, por iluminar su nueva proeza.

VIÑALES, MAS LIDER En Moto3, Maverick Viñales reforzó su liderato con su segunda victoria de la temporada, por delante de otros dos españoles, Alex Rins y Luis Salom. Menos afortunada fue la carrera para los españoles en Moto2. El británico Scott Redding, el agua y la falta de agarre del asfalto de Le Mans cortaron de golpe la racha de los pilotos españoles en la categoría, que hasta ahora habían copado las tres posiciones de los tres podios.